Capítulo 41: Esperanza

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El sonido de unos golpes retumban en todo el campo lleno de escombros, ahí se encuentra un par de chicas con picos y palas escavando incesantemente.

- Ese idiota... — Mirando que sus manos tenían ampollas — Cuando lo saque de ahí voy a golpearlo por esto. – Norunn estaba cavando con una triste expresión en el rostro.

- Vamos Adrián... Aún no has completado tu promesa. — Golpeando con el pico, se quita el sudor en su frente — Dijiste regresar con Norunn, ella está aquí buscándote... Tienes que regresar. – Deusa se arrodillo sollozando, vio a Norunn aun trabajando con esmero y se limpió las lágrimas para continuar con su labor.

Unos días atrás, después de que Norunn fuera puesta a salvo por Adrián, ella se arrastraba hasta llegar al borde de ese hueco, con todas sus fuerzas llego y vio hacia abajo donde estaba su compañero en pleno derrumbe.

- Espera... No lo hagas... — Lo último que vio fue a Adrián sonriendo mientras era cubierto por la nube de polvo y rocas. — ¡ADRIÁN NOOO! – Ella grito con todas sus fuerza, termino desmayándose para tras unos instantes abrir los ojos exaltada, pero todo era diferente a su alrededor.

- Cálmate Norunn, es solo una pesadilla... – A un lado de su cama estaba Deusa, ella la toma fuertemente de la mano.

- Adrián... ¿Dónde está Adrián? — Deusa quedo en silencio y bajo la mirada. — ¡DIME DONDE ESTA! – Le grito Norunn y su amiga la abrazo.

- Él... Él no salió de las cuevas a tiempo. – Al oírla Norunn quedo fría de la impresión.

- E-Ese idiota... Uso sus últimas fuerzas para sacarme de ahí. – Dijo Norunn empezando a llorar con un poco de cólera encima del hombro de Deusa.

- Cuando te encontré estabas empapada, cerca de ti solo había un gran agujero cubierto de rocas y ningún rastro de él. – Le conto Deusa mientras la consolaba con sus manos.

- ¿Cuánto tiempo llevo dormida? – Pregunto Norunn limpiándose las lágrimas.

- Cerca de un día y medio, te traje inmediatamente sobre Neferi para que tratar tus heridas... Fue un alivio que no tuvieras nada grave. – Respondió Deusa sirviéndole un poco de agua.

Pasó el tiempo y los habitantes de Talced aún no salían de sus hogares, aún tenían miedo de que hubiera Revenant afuera. Norunn camino lentamente por las calles deshabitadas, pudo ver la destrucción dejada noches atrás.

- Veo que ya despertaste ¿Cómo está tu compañera? – Le dijo una voz tras ella, se trataba de Gregory quien se acercó al verla.

- La deje dormida en la habitación... Ella estuvo al pendiente de mí y no descanso bien. – Contesto Norunn de forma un tanto melancólica.

- Todos estamos muy agradecidos con ustedes, sentimos muy profundamente su perdida. – Decía Gregory quitándose el sombrero, pero se detuvo sorprendido al ver los ojos de la muchacha.

- ¡NO DIGA ESO!... Cuando Adrián me saco de ese lugar, lo hizo determinado a regresar... Estoy segura que él está vivo, disculpe pero no son necesarios los pésames. — La forma en que lo dijo sonó muy decidida, Gregory solo guardo silencio. — Voy a regresar a ahí para traerlo de vuelta. – Menciono Norunn determinada en ello.

- Eso es una locura niña, piensa mejor en ti y tu amiga. Pueden quedarse a vivir aquí si desean, pero no hagan algo que les traerá solo mas sufrimiento. – Le dijo Gregory preocupado por ella, pero la terca muchacha empezó a caminar.

CAMINO: Hacia un cielo azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora