Capítulo 43: Descontrol.

45 3 0
                                    

* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo. También cuenta con una imagen, la cual es referente a un momento en la historia y se avisara para que puedas verla, espero sea de tu agrado.  


            Tras prácticamente ser forzados a aceptar la invitación del rey, llegaron ante este dentro de una extraña recamara. Hércules era un hombre de unos 50 años, su rubio cabello largo y ondulado le llegaba hasta la espalda, media poco más de 2 metros, su cuerpo era musculoso y con algunas cicatrices en el pecho, tenía una mirada fría y penetrante, su atuendo era una túnica branca con decoraciones de oro. 

El salón donde estaban tenía algo extraño, sus muros eran hermosos pero parecían no tener vida en ellos, el techo era diferente  como si lo hubieran remodelado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El salón donde estaban tenía algo extraño, sus muros eran hermosos pero parecían no tener vida en ellos, el techo era diferente como si lo hubieran remodelado.

- Al fin llegaron, soy Hércules el gran rey de Edras, les doy la bienvenida a mi palacio. – Se presenta el rey viéndolos con una expresión de superioridad.

- Gracias por la invitación su alteza. – Adrián avanza y hace una reverencia.

- Buenos días... su alteza. – A la señal de su compañero, ambas chicas también hacen una reverencia y se quedan tras Adrián.

- ¿Cuál es tu nombre Cenit? – Pregunta Hércules viendo directamente al muchacho.

- Es Adrián Elcott su alteza. – El rey le hizo un gesto para que se levante y así lo hizo.

- ¿Elcott?... No, es imposible. Aprecio los modales en un hombre, bueno Adrián tengo una propuesta que hacerte. – Menciona Hércules de forma interesada.

- Es muy extraño ya que somos simples viajeros, con gusto lo escuchare. – Contesta Adrián de forma tranquila.

- Cuando estaba en mi jardín no pude evitar fijarme en las hermosas mujeres que te acompañan... Mi propuesta es simple, quiero obtenerlas para mi harem y no me importa el costo. — La noticia tubo gran impacto en los tres, en el rostro de Adrián había una expresión de desagrado. — Estoy dispuesto a pagar el precio que pidas en joyas, oro, tierras, inclusive te daré a las mujeres que prefieras de mi harem... – Hércules quedo en silencio esperando su respuesta. Tras Hércules había 20 mujeres muy hermosas, pero los rostros de todas ellas tenían una expresión vacía y sin ganas de vivir.

- Lo siento su alteza, eso me es algo imposible de hacer. – Adrián intentaba esconder su furia.

- ¿En serio? Es una oferta única, con lo que puedo darte tendrías una vida sin preocupaciones, incluso dejaras un trabajo tan arriesgado. Piénsalo mejor joven Adrián, total que importan un par de mujeres en la vida de un hombre. – Le dijo Hércules de forma sarcástica y se sorprendió al ver que Adrián le dio la espalda.

- Bajo ninguna circunstancia aceptare eso... Ambas son muy importantes, sobre todo odio que traten a las personas como objetos. Si su "Majestad" me lo permite, procedo a retirarme. — Adrián empezó a caminar hacia sus compañeras, ellas estaban contentas por su respuesta pero se quedaron calladas. — El trabajo está completo nos marchamos. – Cuando caminaban hacia la salida, notaron que el lugar entero fue invadido por un fuerte sentimiento de agresividad.

CAMINO: Hacia un cielo azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora