Nos encontrábamos en el sofá viendo películas y comiendo helado, era tan lindo pasar tiempo con él, me gustaba mucho pasar tiempo con Aaron, todo parecía desaparecer cuando estaba junto Aaron.
- ¿Te gustó?
- Estuvo buena. ¿Y a ti?
- También.
- ¿Que hora es? - Bostecé.
- Las siete de la noche. ¿Tienes sueño?
- Un poco.
- Ve a dormir.
- ¿Puedo pedirte algo?
- Dime, linda. - Me sonroje.
- ¿Puedes... dormir conmigo? - Lo miré. - Si no quieres... - No me dejó terminar cuando me llevó a mi habitación agarrada de la mano.
Entré a mi habitación con Aaron, me metí a mi cama y luego el me siguió, me abrazó por detrás, tenía su mandíbula en mi hombro, podía sentir su respiración sus brazos rodeaban mi cintura, su torso muy cerca de mi espalda.
- Gracias. - Susurré.
- Por nada.
- Buenas noches.
- Noches, preciosa. - Fue lo único que logré escuchar antes de caer en un sueño profundo.
[....]
Abrí un ojo, después el otro, ahí estaba él, dormía plácidamente, se miraba tan sereno, joven, bello. No me cansaría de observarlo, ver cada detalle de su rostro, todos sus rasgos tan perfectos.
- ¿Te gusta lo mirás? - Preguntó aún con sus párpados cerrados.
- No. Eh, yo, no. - Estaba tan avergonzada. El rió.
- Tus mejillas están rojas. - Me miraba. No supe en que momento nos habíamos puesto cara a cara.
- Claro que no. - Mentí. Era más que obvio que mis mejillas estaban rojas.
- Claro que si. - Dijo apretando una de ellas.
- ¡Noo!
- Te ves tan hermosa cuando te levantas.
- Eso no es cierto.
- Si que lo es.
- No es verdad, pero gracias.
- Sólo digo la verdad.
- Tus ojos son tan hermosos. - No podía apartar mi vista de ellos.
- Gracias, preciosa
- Me recuerdan al mar. Tengo mucho de no ir a la playa. - Quería estar en el mar, no hacer nada más que sólo disfrutar del agua.
- ¿Porque?
- No hemos tenido tiempo. - Me encogí de hombros.
- Que mal, linda.
- No es nada.
- Sería tan hermoso despertar cada mañana contigo. Es más que perfecto. - Toda palabra que decía llegaba a mi corazón.
- También me gustaría que fuera así. - Susurré. Casi no fue audible.
Puso una mano en mi rostro y me acercó. Sentí sus labios con los míos, sincronizaban a la perfección, su lengua y la mía se movían juntas. Tenía sus manos en mis muslos , subieron hasta mi camisa, poco a poco la quitaba de mi cuerpo, tocaba su torso, nuestras respiraciones eran agitadas. Un gemido salió de lo más fondo de mi garganta. Sentía tanto placer.
- Aaron... yo... yo no puedo. - Besaba cada parte de mi cuerpo.
- Aaron.... Aaron. De...detente. - Necesitaba parar o esto avanzaría a otro nivel.
- No te preocupes...... yo.. entiendo. - Tenía su respiración igual que la mía.
- Lo siento Aaron.
- ¿Que? Preciosa, no te puedo obligar, no me importa si tengo que esperar un año, o hasta cinco, yo esperaría por ti. Y cuando llegué ese día, será especial, romántico, un momento en el cuál siempre lo recordarás y aparecerá una sonrisa en esos bellos labios. - Sus palabras me dejaron estupefacta, era lo más romántico que alguien me a dicho. No podía evitar no enamorarme de el.
- Gracias Aaron. - Nuestras frentes estaban unidas.
- No hay porque agradecer. Te mereces lo mejor.
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Living With Him ©
RomantikQuien diría que cinco palabras me cambiarían la vida. "Te quedarás con el vecino" Aún recuerdo esas palabras salir de la boca de mi madre, no me lo creía y pensaba que sería de lo peor, pero fue lo mejor que me ha pasado. • No Se Aceptan Copias •