Era mi primer día sin madrugar e ir a clases, necesitaba descansar urgentemente. Escuché la puerta abrirse pero no le tomé importancia, sólo quería seguir con mi siesta.
- Dormilona, tienes que levatarte ya. - Oh no, maldita sea.
- Mmhnmm - No se entendía lo que decía pero es que no quería hablar.
- Preciosa, vamos.
- No es que ya tienes que estar en la Universidad.
- Auch. Eso dolió, me estas corriendo. - Sabia que lo decía fingiendo.
- Bebé, no te estoy corriendo. - Bromeé
- Sólo porque me dijiste bebé te creeré. - Reí aún con mis ojos cerrados.
- Déjame dormir. - Murmullo.
- Nope. Hoy tengo una sorpresa para ti.
- Hoy vas a la Universidad, imposible que tengas una sorpresa para mi.
- No iré. - Pensé que no iría por mi, pero borré ese pensamiento, no iba a perder clases por una colegiala.
No eres colegiala.
Diablos! Aún sigues con vida.
Lastima. No lo estoy.
Mentalmente ruedo los ojos.
- ¿No tienes clases? - Me senté, lo miraba y el a mi, no me imagino como se ve mi cara, pero aún no lo he espantado, eso significa que no parezco un zombie.
- Si. Pero.... quiero estar con alguien especial un día entero, ósea tú. - Es tan tierno.
Silencio, arruinas el momento.
- Pasamos los fines de semana juntos Aaron.
No te preocupes, tu sola los arruinas, idiota.
- Ay Emma, ¿Que haré contigo? - Rió. - Se que pasamos fines de semanas juntos, pero quiero salir, sólo en casa estamos. Asi que, levanta ése cuerpo bello y alistate, o lo haré por las malas. - Un escalofrío recorrió mi espalda.
- ¿Como que por las malas? - Pregunté alzando una ceja.
- No querrás averiguarlo. - Susurró tan cerca de mis labios. Cerré mis ojos y al abrirlos, el ya no estaba.
Estuve unos cuantos minutos sin moverme, luego me di una ducha y me puse unos short y una camisa corta. Decidí no maquillarme, tenia demasiada pereza.
- ¿Feliz? - Pregunté al ponerme enfrente suyo.
- Desde que estoy contigo, siempre soy feliz. - ¿Porque tiene que ser tan....perfecto?
- Vámonos ya, o regreso a mi cama. - Me brindó una sonrisa juguetona.
- Que impaciente Señorita Pierce.
- Me tiene que aguantar Señor Whine. - El rió
Yo reí.
Ambos reímos.
- Toda la vida Emma De Whine. - Me sonroje al extremo.
[~~~]
- Ya llegamos preciosa. - Abrí mis ojos, todo estaba oscuro, Aaron había vendado mis ojos.
Con cuidado me sacó del auto, me dirigía, al estar más cerca escuchaba el ruido de las olas, la brisa del mar chocaba en mi rostro, no podía creerlo. Aaron quitó la venda.
- Me trajiste al mar. - El mo dijo nada. - ¡ME TRAJISTE AL MAR, AARON! - Brinque hacía el, lo abracé y lo besé, el me respondió, nos besabamos.
- ¿Te gusta? - Aún manteniamos el abrazo.
- ¿Gustarme? Me encanta "niñero". - Me miró.
- ¿Niñero? - Rió a carcajadas, agarraba su estómago. - Suena tan sensual. Y más si proviene de ti. - Puso sus manos en mi cintura.
- ¿Alguien esta coqueteando? - Entrecerré mis ojos.
- Mm no que yo sepa. - Dios, es tan hermoso.
Lo bueno que sólo lo dirías una vez.
Oh, aquí viene la odiosa.
- Bésame. - Miró mis labios y luego me besó, un beso de esos que duran y que son los mejores.
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Living With Him ©
RomanceQuien diría que cinco palabras me cambiarían la vida. "Te quedarás con el vecino" Aún recuerdo esas palabras salir de la boca de mi madre, no me lo creía y pensaba que sería de lo peor, pero fue lo mejor que me ha pasado. • No Se Aceptan Copias •