VI. Callar y Sufrir

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"Sí, claro que duele, y mucho... pero es preferible guardar silencio"

Después de ese incomodo momento no pude evitar salir corriendo, apresada por el miedo, la vergüenza y la culpa.

Después de haberlo dejado atrás me dirigí al patio y me senté bajo aquel viejo árbol que tantas veces me había acogido a mi y a mis lágrimas.

Saqué una libreta y hice lo que me permitía escapar del continuo infierno. Escribir, llorar y ser sincera consigo misma. Él papel nunca me juzgaría.

Minutos después, miré al cielo y decidí volver dentro para no acabar empapada.

Al girar en uno de los pasillos me choqué con alguien, terminando bajo la mirada de la persona que menos deseaba ver. Al ver aquellos ojos comencé a respirar nuevamente de forma irregular.

-Paula, nos volvemos a ver -sonrió mientras lo veía con cara de asco.

-Aléjese de mi -dije dándome la vuelta pero él fue más rápido y me cogió del brazo.

-Cuida la manera en que me habla. Ahora acompáñeme junto al director, se supone que debería encontrarse en clases en este momento.

<<Mierda>> maldije internamente.

Al llegar a la sala del director, tuve que esperar unos minutos que se me hicieron eternos.

-Paula, ¿Qué hacía allá afuera? Se supone que debería estar en clase -me dijo el director al verme entrar.

-Eh, me sentía agobiada y decidí salir a tomar aire fresco -ideé rápidamente una excusa.

-Pues que sea la última vez que pasa o obtendrá un castigo -me miró severamente.

-Claro que sí.

-Puede retirarse.

Me apresuré a salir de aquel despacho y me dirigí al baño. Miré mi reflejo y respiré profundamente intentando no explotar.

-Estoy bien -me intenté convencer mientras me lamentaba por no tener una vida prácticamente normal, no tener unos padres, no tener nada ni nadie...

¿Por qué no podía ser como las demás chicas? ¿Por qué tenia que ser diferente?

Mientras las lágrimas bajaban incesantemente por mis mejillas decidí saltarme las dos clases que me quedaban.

Camino a la salida comencé a pensar en todo y terminé llegando a una rara conclusión:

¿Quién iba a pensar que quien me causó mi primer ataque de pánico iba a ser quien me ayudara a acabar con uno de ellos?

Holaaa aquí está otro capítulo.
Estoy aprovechando al máximo la inspiración jeje, no quiero que se vaya (lloro internamente).

Espero que les guste.
Besos.

Muñeca rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora