Muñeca rota

VIII. La mentira más usada

"Estoy bien.

Probablemente sea la mentira más usada"

Tras una larga caminata hacia el orfanato en el que tantos años he vivido, tenía una cosa clara, iba a cumplir esa lista sí o sí.

Al entrar, mi humor dio un giró brusco y provocando que mis ganas de descontrolar todo disminuyeran.

Por mucho que lo pensara lograba comprender como podían haber personas tan despiadadas en el mundo como para abandonar a sus propios hijos, aunque claro había otros niños que estaban allí porque sus padres habían muerto y nadie de la familia se había hecho cargo.

-Paula, Paula -una vocecita provocó que bajara la mirada y pusiera la mejor de mis sonrisas a una pequeña y traviesa niña de cabellos rojos.

-¿Qué pasa Annie? -la miré preocupada al ver lágrimas bajar por sus mejillas.

-Pues, pues, pues... -la pobre no podía casi ni hablar, estaba al borde del llanto.

Rápidamente cogí su mano y la senté en un viejo y sucio banco.

-¿Qué pasó? ¿Te pegaron?¿Qué te hicieron?

-Pues, la señora Darcy cogió la muñeca que me había regalado mamá y la tiró a la basura, dijo que tenía que crecer y dejar de ser una niña tonta y consentida -balbuceó con lágrimas en los ojos.

Ella llevaba un año viviendo en este horrible lugar, tan solo tenía 7 años y estaba pasando por cosas que una niña de su edad no tenía que vivir. Sus padres y su hermano mayor habían muerto en un accidente de coche, y no tenía más familia, por lo que acabó aquí.

-Tranquila pequeña, mamá te mira desde allí arriba -señalé el techo -, y no querría verte llorar, además ella siempre estará contigo.

-¿Tu crees? -cuestionó

-Estoy segura.

Después de dejar a Annie más calmada no pude evitar pensar en el horrible corazón que tenía Darcy, alguien tenía que abrirle los ojos...

-Paula -me giré a ver a la loca de mi mejor amiga pero antes de verla yo ya estaba en el suelo con ella encima mio.

-Idiota, me asustaste, si quieres algo más sólo tienes que pedirlo, no hace falta que me violes -moví mis cejas riendo.

Sharon era una chica alegre a pesar de todo lo que había sufrido en su vida, era muy fuerte y siempre afrontaba los problemas con una sonrisa. Me gustaría ser como ella, pero lo veía difícil.

Ella era tan guapa, con aquellos ojos grises bajo aquel pelo negro.

-Esta noche te espero en mi habitación amor mio -dijo moviendo su pelo hacia atrás como una diva.

-Tranquila diva -sonreí, realmente cualquiera podría hacerse lesbiana por Sharon, era guapísima, tenía unos ojos grises preciosos y un cabello negro que le llegaba a la cintura.

-Por cierto... ¿Qué tal el instituto?

<<Genial, tuve un ataque de pánico y hice que expulsaran a un chico muy mono, por cierto te tengo que contar que me quiero suicidar, odio mi vida>> pensé, quería decirle eso, pero no podía, no quería arruinar su vida con mis problemas y mucho menos preocuparla.

-Genial, aunque aburrida como siempre.

-Me alegro, por cierto hoy Darcy tiene un humor de mierda.

-Siempre tiene un humor de mierda.

-A ver, Darcy es una mierda básicamente, pero creeme que lo de hoy... Lo de hoy da miedo.

Su comentario me provocó un escalofrío... Nada bueno nos esperaba.

Después de tener aquella conversación con Sharon nos dirigimos al comedor, o como suelo llamarlo "productor de cosas verdes o grises que suelen llamarle comida".

Sí.

No exagero.

La comida de aquí es terriblemente asquerosa.

Entramos al comedor, que es una sala de tamaño mediana, con las paredes "blancas" y compuesto por 5 mesas medianas con sillas alrededor, de todo el orfanato es el lugar más "presentable".

Nos sentaron en nuestra mesa usual junto con Annie y mi mejor amigo Flinn.

-Hola Flinn -me senté junto a él.

-Hola Paula, Sharon -dijo Flinn sonriendo de una manera poco usual en él.

-Me dijeron que Darcy está de un humor de perros -comenté y todos asintieron rápidamente. -Esa señora debería conseguirse un marido o amante que la satisfaga a ver si así no tenemos que aguantarnos sus irritantes cambios de humor -todos reían pero de repente se pusieron serios y comenzaron a toser -chicos, ¿Qué os pasa?

<<No creo que sea tan típico... ahora va y me doy la vuelta y esta detrás mio>>

¡Dios! ¿Qué clase de adivina soy? Sí, señores y señoras, se encontraba detrás de mi planeando detalladamente mi muerte.

-Paula, querida -la miró como si tuviera rayos X en su mirada.

De lo asustada que estaba mi cuchara comenzó a temblar y un poco de moco, quiero decir sopa verde, salpicó la cara de Darcy. Fue en ese momento donde decidí salir corriendo de aquella sala.

Hola, espero que este capítulo les haya gustado.

Pregunta:

¿Alguna vez han vivido problemas parecidos a los de paula o las chicas del orfanato? Si es así, ¿Cómo los han afrontado? ¿Qué creen que hará Darcy?

besos, voten y comenten si les gusta.
;)