XXX. Sueños

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"Odio despertar de una pesadilla y comenzar con una peor"

—¿Tú qué crees? —se acercó aún mas.

—Creo que no quiero mas heridos en esta batalla llamada vida —miré sus labios pidiendo mentalmente lo que mis cuerdas vocales  no podían decir "no lo hagas".

Él se acercó aún mas y de mis labios salieron las palabras "no lo hagas", pero era demasiado tarde, sus labios se encontraban sobre los míos, mis ojos se habían cerrado disfrutando del momento que pronto se convertiría en mi caos mental. 

Paró de besarme y dijo "Eres solo un juego para mi, me perdiste hace mucho " mientras se alejaba y yo solo podía gritar su nombre "Flinn".

—Paula despierta —me movían de un lado a otro.

—Flinn —grité y abrí los ojos —Flinn —dije mas calmada y ruborizada.

Todo había sido un sueño ¿Cómo diferenciamos un sueño de la realidad?

Lo abracé con fuerza, lo menos que quería era perderlo, él era mi soporte, sin él hace mucho tiempo me hubiera rendido.

—Siento todo lo que pasó, es mi culpa —dijo Flinn.

—No tienes la culpa, al contrario, gracias —le dije.

—¿Qué pasó con Darcy? salimos corriendo esperando que estuvieras detrás de nosotros y cuando volví encontré a una Darcy rota rompiendo todo.

—Ya lo descubrirás —le sonreí y hice lo que tendría que haber hecho hace mucho, lo besé.

Lo besé y escapé de mis problemas por unos segundos, me sentí libre y valiente. No sé que estaría pensando él de mi en ese momento, pero no me importaba, por una vez en mi vida no me importaba la opinión de los demás.

Me separé de sus labios lentamente y antes de que él pudiera decir algo le dije "No digas nada, tengo que ir a solucionar un problema y si quieres luego puedes quejarte".

Salí en dirección al orfanato decidida. 10 o 15 minutos después llegué y entré en dirección a la habitación de Darcy.

—¿Me vas a contar la verdad? ¿O vas a seguir mintiendo con eso de que eres mi abuela? —le dije a una Darcy que estaba sentada con una foto entre sus manos.

—Maldita maleducada.

-—¿Qué esperabas? ¿Qué te diera un abrazo? ¿Después de todo lo que me has hecho sufrir?

—Tu madre, Alexa, era tan tonta como tú, aunque claro a ella la amaba con todo mi corazón. Tenia 16 años cuando se enamoró de un idiota que lo único que quería era jugar con sus sentimientos, se lo advertí pero no me escuchó, era tan terca —yo tragué saliva —Alexander, era el nombre de ese hombre. Él la enamoró, la usó y la abandonó.

—Pero...

-—Déjame terminar —me interrumpió —, a pesar de su embarazo adolescente yo seguí junto a ella, pero ella era muy joven e inexperta y cuando tu naciste ella murió. Según el médico ella sabía que moriría pero dio su vida por la tuya. Tú tienes la culpa de todo.

—¿Yo? —dije con lágrimas en los ojos —yo no tengo la culpa de que muriera.

—Si la tienes, pero eso te odio tanto.

—Cuéntame algo que no sepa.

—Odio ver tu cara, me recuerda a ella, me recuerda que tu eres la razón por la que ella no está aquí.

—¿Qué pasó con mi padre?

—Nunca supe nada de ese bastardo y te aconsejo que no lo busques.

—Entiendo.

Muñeca rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora