KIM
Tysen está detrás de la pared del edificio de enfrente. Lo he estado observándome desde que estoy sentada aquí. Alguien se le hacerlo, pero él lo despacha rápido, hablando sin ganas, para volverme a echar la mirada. Sé que desconfía, pero, por alguna pequeña razón, no me echa de lleno al saco y me mete en problemas. Tal vez, la razón sea el cansancio, no el cansancio que se siente todo el tiempo, sino un cansancio a las muertes.
Hasta yo me pondría en las mismas.
No, no me pondría, porque ya lo estoy.
Decide acercarse. A mitad de la calle, trota un poco para llegar lo antes posible.
Me pongo de pié, y es aquí donde noto que somos del mismo tamaño.
—¿Por qué haces esto? —Le pregunto cuando está lo bastante cerca como para escuchar mi voz.
Levanta los hombros y dibuja una sonrisa sin ganas, de lado.
—¿Por qué estabas escuchando esa conversación cuando pudiste haberte ido? Hay algo que no logra encajar —levanta la mano hasta su barbilla, pensativo. Su cabello blanco capta la luz del sol, de modo que el brillo me incomoda mirarlo al rostro atentamente—. Hay algo que no está bien contigo. Estás aquí, llevas rato aquí, y no haces nada. ¡Nada!
—¿Qué se supone que deba hacer?
Lanza una risa sarcástica antes de pasarse las manos por la cabeza.
—¿Por qué has escuchado la conversación?
—Ya lo hemos hablado, Tyler.
—¿Qué sabes? —Inquiere después.
—Algo sobre los Orbes, los Espectros, quienes quieren algo que poseemos. —Muevo la manos, aparentando que no me importa ni lo más mínimo lo que digo, cuando, la verdad es que, estoy ansiosa por saber la historia desde la raíz.
—¿Escuchaste hablar del Tratado Arthur?
¿Tratado Arthur? Me lo pienso un poco, buscando algún lugar donde lo haya oído, pero no llega nada.
—No hablaban de eso cuando llegué. No sé nada de eso.
—Nos pertenecen cosas muy cercanas a la Fiebre Alfa. Por eso llamamos así a todo esto: Los Orbes. ¿Sabes qué es un orbe, Kim?
Sé lo que es. Papá me ha hablado de eso antes. Es una capsula. Puedes ocultar cosas en... ¡Vaya! Ahora lo tengo. Sé por dónde va a empezar.
—¿Nosotros somos los Orbes? —Pregunto.
—Lo somos, porque somos como una cápsula que guarda un secreto relacionado con la Fiebre Alfa. Todo esto, lo que ves —levanta sus manos para enfocar nuestro alrededor—, es la Metrópolis, hogar de los Orbes.
No logro entender a Tyler. Primero me dice que está pendiente de mí porque cree que estoy siendo una infiltrada. Luego, lo que hace es lanzarme información.
Con cada palabra, trato de mantener mi mejor cara de aburrimiento. Si me impresiono, o algo, podría creer que me pone feliz saber cosas, cosas que luego les diré a los de mi grupo, cosa que ha de pensar, seguramente.
—Si nosotros somos los Orbes, ¿quiénes son los otros?
Es la primera pregunta que hago que de verdad me importa.
—Es como lo has escuchado: Ningún mundo se acaba hasta que el último humano en él muera.
—¿Qué tiene que ver?
![](https://img.wattpad.com/cover/53648592-288-k430807.jpg)