Remember Wendy

CAPÍTULO 1.

—Peter, ¿cuáles son tus sentimientos? —preguntó Wendy nerviosa.

— ¿Sentimientos? —dijo Peter algo extrañado y retrocedió unos cuantos pasos ya que Wendy se acercaba a él lentamente.

— ¿Qué sientes? Felicidad, tristeza, Celos... —dijo Wendy acercándose a Peter ya que el retrocedía con cada palabra.

— ¿Celos? ¡Campanilla! —dijo Peter exaltado.

— ¿Ira?

— ¿Ira? Garfio... —Peter se dio la vuelta rápidamente al escuchar que una pequeña rama se rompía y saco su pequeña cuchilla en cuestión de segundos.

— ¿Amor? —dijo Wendy como su última opción.

Peter se quedó perplejo por unos segundos al escuchar tal pregunta, le respondió a Wendy con la misma pregunta algo incrédulo e incluso comenzó a sentirse incómodo al no saber que decir y guardo su cuchilla.

—Amor... —le contesto Wendy en tono de afirmación.

—No sé lo que es eso.

—Yo creo que si Peter, seguro que tú también lo has sentido, por algo... o por alguien —dijo Wendy esto último un poco tímida.

—Nunca, hasta la palabra me revienta —dijo Peter con un tono frío y seco.

—Peter... —reprochó Wendy ya bastante triste, trato de acariciar la mejilla de Peter, pero éste al instante se alejó.

— ¡¿Por qué lo estropeas todo?! Nos lo pasamos bien, te he enseñado a luchar y a volar, ¿Qué más puede haber?

—Aún hay mucho más —dijo Wendy decepcionada al no saber muy bien el qué.

— ¿Qué? ¡Dime! ¿Qué más hay? —Peter se acercó a Wendy esperando su respuesta.

—No lo sé... me parece que se sabe cuándo se crece —dijo Wendy casi sin voz ya que se encontraba a punto de llorar.

—Pues yo no pienso crecer y no pienses obligarme, te desterrare como a Campanilla.

— ¡A mí no me desterraras! —dijo Wendy ahora furiosa.

— ¡Pues vete, vete a casa y crece! ¡Y llévate tus sentimientos! —Peter emprendió vuelo furioso y dejó a Wendy, sola en aquel pequeño bosque.

—Peter... ¡Peter vuelve! ¡Peter! —Wendy trato de alcanzarlo, intento volar, pero ahora no había cosas bonitas en su cabeza y sentía un hueco de soledad en su pecho, así que intento llamarlo de nuevo.

—Peter, por favor vuelve, no me dejes sola en este lugar vacío y oscuro... yo te necesito.

Desperté de golpe, estaba sudando y me encontraba en la misma habitación blanca, acolchonada e insípida de siempre, había tenido un sueño o pesadilla, de nuevo con Peter Pan. Aún no sé muy bien que son, pero, cada vez son más frecuentes y supongo que las enfermeras me escucharon gritar así que vendrán a por mí y me darán mi dosis de Terapias, como suelen llamarle.

Hace un año llegué a este horrible lugar.

Me encontraba tirada en el suelo de la habitación acolchonada cada vez que tu comportamiento no es apropiado te encierran veinticuatro horas aquí, la mayoría del tiempo me encuentro yo aquí, ya que tengo ataques cada cierto tiempo.

Me levanté, me senté en una esquina de la habitación y comencé a cantar esa canción que me cantaba mi madre por las noches, no la recordaba del todo pero me mantenía tranquila, el cerrojo de la puerta abriéndose hizo eco en la habitación por lo cual me exalte, entraron tres enfermeras y me sujetaron ya que me pondrán una camisa de fuerza para mí protección, pero sobre todo, la de ellas.

Nos dirigimos por el largo y obscuro pasillo del psiquiátrico hacía la habitación que me deja pesadillas por la noche e incluso despierta, me sedaron antes de entrar y él se encuentra ahí, en el marco de la puerta observándome, pero no me ayudó a salir de aquí, solo sonrió y se dio media vuelta.

—Peter, ¿Qué haces? vuelve... ¡Peter!