CAPÍTULO 36.

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Había sangre cubriendo el suelo del que alguna vez fue un gran navío, pero ahora estaba casi destruido la mayoría de mi tripulación ya hace muerta en el suelo y los que quedamos estamos al borde de la muerte

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Había sangre cubriendo el suelo del que alguna vez fue un gran navío, pero ahora estaba casi destruido la mayoría de mi tripulación ya hace muerta en el suelo y los que quedamos estamos al borde de la muerte.

Sin duda nos superaron en número y aunque logramos asesinar a niños perdidos e indios, nos derrotaron, ya no hay nada más que hacer solo dejarnos morir y no nos retiraríamos eso sería deshonrar a los verdaderos piratas. Si tu tripulación y navío caen, el capitán lo hara junto a ellos. Y yo al llevar esa responsabilidad sobre mis hombros tengo que aceptar las reglas tal cual, porque mi tripulación había dado su vida por mí, ahora yo tenía que hacer lo mismo por ellos.

Mi vista estaba nublada por el cansancio y las múltiples heridas que ya hacían en mi cuerpo, puede que ninguna haya sido de gravedad pero me habían dejado agotado, sin duda había dado lo mejor de mí en esta lucha. Ya no se escuchaba otra cosa además de los gritos, llantos y el sonido de las espadas al chocar entre si al igual que cuando atravesaban el cuerpo de alguno. Cojee hasta la esquina del navío y me oculte tras unos barriles de pólvora, sabía que no servirá de nada pero quería pasar mis últimos minutos de vida en paz, sin ver como caen cuerpos inertes a segundos.

El llanto me invadió por completo y me fui deslizando poco a poco sobre aquella esquina del navío hasta llegar al frio suelo de madera. Tome mi pequeña pistola entre mis mano y lo puse sobre mi sien, al sentir el tacto frio de ésta sobre mi piel me estremecí y el llanto se prolongó aún más. Tomé el gatillo con suavidad y estaba dispuesto a acabar con mi vida.

Remember WendyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora