CAPÍTULO 44.

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Para una mejor experiencia se recomienda escuchar la canción en multimedia con auriculares.

(se que la foto no pega con el contexto pero es lo de menos, vale la pena la música y ojo que es el compositor de uno de los mejores soundtracks, respeto por favor)


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La noche había caído sobre Nunca Jamás, estaba helando y todo el navío estaba a obscuras, salvo la habitación de Barbosa ya que se podía ver como salía un rayo de luz por la rejilla debajo de la puerta

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La noche había caído sobre Nunca Jamás, estaba helando y todo el navío estaba a obscuras, salvo la habitación de Barbosa ya que se podía ver como salía un rayo de luz por la rejilla debajo de la puerta.

Me encontraba sentado sobre los barriles de vino en una esquina entre las sombras. Intentando consolarme, pensando que estaría bien, pero no es así, Wendy había entrado a fuerza al camarote de Barbosa, éste había ordenado que nos esfumáramos, algo que no hice.

¡Por favor detente!

Mi corazón crujía con cada grito que salía de aquella habitación, quería entrar y detener lo que fuera que le este haciendo. Frote mi cuerpo con mis brazos para poder entrar en calor, traté de volverme a tranquilizar pero es que no podía, tome mi espada para desenvainarla y blandirla en el aire, estaba por ponerme de pie dispuesto a entrar al camarote, pero unos pasos que hicieron crujir la madera y se dirigían hacia mí me detuvieron. Guarde mi espada de inmediato.

—Esto no es sano para ti —me dijo Adler.

—Lo sé.

Se volvió a escuchar otro grito de piedad seguido de un fuerte golpe. Ambos nos quedamos en silencio y pude escuchar como ambos tratábamos de tranquilizar nuestra respiración, suspire para después inhalar y pude sentir como comenzaban a picarme los ojos, así que de inmediato pasé mi antebrazo con rabia sobre éstos, quitando todo rastro de lágrimas.

Remember WendyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora