CAPÍTULO 39.

658 44 29
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me eleve en los aires para después ocultarme en una de las nubes cerca de aquel navío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me eleve en los aires para después ocultarme en una de las nubes cerca de aquel navío. Podía ver a los niños perdidos ocultos en algunas de las nubes, otros pocos se habían esperado y vendrían en las canoas junto a los pieles rojas, que ya esperaban en la bahía impacientes.

Inhale con pesadez, repase por última vez el plan y sabía que saldría a la perfección ya que sin duda les superamos en numero aunque aquello no era lo que me preocupaba. Les había dicho a mis aliados que no atacaran hasta que saliera Wendy, pero había pasado bastante tiempo y ni siquiera había salido del camerino al que había entrado junto a Todd, de solo verlos mi respiración se cortó, un nudo se formo en mi garganta y mis ojos se habían cristalizado. Por mi cabeza se cruzaban miles de imagines de lo que podrían estar haciendo ahora mismo ahí dentro, haciendo que mi corazón se agrietara.

Estuve apunto de caer debido a esos pensamientos, el polvo de hada comenzaba a dejar de hacer efecto y tuve que forzarme a eliminar aquellos pensamientos o de lo contrario caería estrepitosamente, inhale una vez mas. Tomé con más fuerza la flauta de pan para una vez que saliera tocarla, esa sería la señal de ataque.

Pero sin embargo se escuchó la melodía haciendo que los niños perdidos bajaran de las nubes estrepitosamente directos a atacar el navío de Todd y los pieles rojas lanzaran flechas con sus arcos envueltas en llamas directo hacia las velas que se incendiaron en un segundo. Pero yo no había tocado la melodía y, ni siquiera había llevado la flauta a mis labios aún la tenía entre mis manos. Se escuchaban los gritos de los niños perdidos al luchar al igual que el de los indios y de inmediato se me congelo la sangre al escuchar y ver como algunos se atravesaban entre si con las espadas, esta lucha era en serio y no iban a parar hasta que alguno de los bandos se rinda primero. 

Remember WendyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora