CAPÍTULO 17.

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Astón y yo caminábamos por los pasillos solitarios del colegio

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Astón y yo caminábamos por los pasillos solitarios del colegio. Se escuchaban las risas y el parloteo que provenía del salón. Cuando terminamos nuestro baile y recibir cumplidos de parte de algunos alumnos y maestros ya que no se nos había dado tan mal y para mi buena suerte solo pise a Astón tres veces y fue gracias a las zapatillas que son bastante incómodas, decidimos alejarnos por un momento del mundo de los adultos que luchaba por entrar a nuestra adolescencia y cambiarla.

Caminamos en silencio hasta llegar a los jardines y nos sentamos bajo el gran roble, le tengo cierto cariño al árbol ya que me brindo su corteza y su sombra cuando llegue asustada el primer día. El me tranquilizo y me hizo dormir como nunca.

El césped estaba mojado y tenía un olor exquisito. Al momento de sentarnos mi vestido se mojó un poco pero me importó muy poco. Con mis manos acaricie delicadamente el césped, cerré mis ojos al sentir su textura suave.

—Astón, ¿por qué has decidido asistir al baile?

Me observó burlón, para después desatar con furia su pajarita y arrojarla lejos de él. Se quedó observando como el viento se la llevaba.

—No quería dejarte sola con toda esta gente Moira, además ya te había pedido que fueras mi pareja —dijo esto último cabizbajo.

Le sonreí, tomé su mano que arrancaba el césped con nervios.

Remember WendyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora