CAPÍTULO 20.

1.1K 82 5
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No hacía falta darme la vuelta para saber a quién le pertenece esa voz, la conozco más que bien al igual que aquel niño curioso que es dueño de ésta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No hacía falta darme la vuelta para saber a quién le pertenece esa voz, la conozco más que bien al igual que aquel niño curioso que es dueño de ésta.

Peter a no recibir mi respuesta camino hasta mí y con cada paso que daba la madera del suelo crujía, no quería que me viese llorar, así que una vez que estuvo frente a mi posé la vista en el suelo aún con lágrimas saliendo de mis ojos.

— ¿Wendy, por qué lloras? —dijo Peter asustado.

Negué, las palabras no me salían y tenía miedo de hablar porque sabía que me desmoronaría frente a Peter. Pero este niño inocente y preocupado por mí, se arrodillo aún frente a mí, acercó su mano con delicadeza hasta que la poso sobre mi barbilla y lentamente subió mi mentón. Me sonrió de una manera tan hermosa que a pesar de estar tan fatal por aquella propuesta que arruinaría mí inocencia le sonreí.

Peter rió al verme sonreír y de inmediato corrió por toda mi habitación en busca de algo, le observe graciosa hasta que salto de alegría al encontrar aquello, era un pañuelo de seda, que de inmediato corrió de nuevo hasta a mí y como si fuese una muñeca de porcelana tomo con una de sus manos mi cara para después pasar con suma delicadeza el pañuelo sobre mis mejillas no hice más que observarle y pude ver que tiene una hermosa mirada verdosa con un toque cálido de color marrón. En mis sueños su mirada no era así, era de un color azulado penetrante.

Remember WendyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora