Me encontraba sentada en el jardín escribiendo en aquel diario que me había obsequiado el doctor Barbosa.
Había pasado una semana después de eso y la verdad cada día me encontraba mejor y pronto estaría de nuevo en casa, pero echaría de menos a Liza, aunque podría visitarla una vez cada dos meses.
— ¡Darling! —me llamaron a lo lejos.
Me volteé y era Liza, que me hacía señales a lo lejos para que fuera con ella. Me levanté y corrí hacía ella.
— ¿Qué sucede? —pregunté.
—Barbosa quiere verte ahora —me sonrió —Tal vez por fin te deje salir.
Nos dirigimos a su oficina y tocamos un par de veces la puerta, pero nadie atendió.
—Venga ya, que debe de estar por ahí, ahora vuelvo.
Dicho esto Liza salió disparada en busca del doctor Barbosa, yo que siempre he sido muy curiosa empuje la puerta y para mi sorpresa esta se abrió, vi por un momento su interior con sigilo, iba a cerrar la puerta pero la curiosidad me ganó y entré.
No había mucho, solo el escritorio y estantes llenos de libros justo como aquella vez que entré, todo era muy simple, pero claro es un doctor y son bastante aburridos.
Husmeé entre los papeles de su escritorio, pero nada interesante solo notas y casos raros de otros pacientes. Abrí unos cajones e incluso leí los títulos de sus libros. Al aburrirme decidí salir, pero cuando lo hice tropecé con al parecer un paraguas que se encontraba en el suelo.
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Remember Wendy
FantasyAlguna vez te preguntaste, ¿Qué paso con Wendy cuando Peter se marcho? Wendy no olvido a Peter, siempre le recordaba e incluso escribía las aventuras que había vivido en el país de nunca jamás, para que no se olvidase, ya que uno de sus sueños era e...