You •Rock Lee y Tú• ◀Naruto Shippuden▶ [EN EDICIÓN]

Capitulo 37: [Corto 2/3] Misión: Kasekage

†...Sai...†
Limpié completamente mis lágrimas del rostro y corrí hasta la cabaña, aunque a pocos metros de donde estaba, me esperaban Lee, Tenten, Neji y Gai-Sensei.

Al poco rato llegaron todos los integrantes del equipo 7, pero se me hizo extraño ver a dos ninjas nuevos, jamás los había visto. Uno tenía el pelo castaño corto y almendrado, los ojos negros y grandes. Usaba variación de la vestimenta típica de Konoha, con un chaleco antibalas y el cuello de la camisa de forma ajustada que llegaba hasta la barbilla.
El otro tenia el pelo corto, negro y ojos del mismo color, que contrastaban con su piel que es muy pálida. Este llevaba una pequeña mochila con su pinceles y pergaminos que se podían ver a simple vista. Llevaba una chaqueta corta negra con correas de color rojo. El resto de su atuendo consistía en una camisa oscura de cuello alto, pantalones negros, sandalias shinobi y guantes con los dedos de su índice y el pulgar expuestos.

- Hola. - me dijo el último en describir, con una sonrisa que parecía sincera. - Soy Sai.

- Hola. Mucho gusto, soy _________. - le respondí amablemente dándole la mano.

- ¡Él es el capitán Yamato! - chilló Naruto, aquel nombrado se acercó a mi y con una sonrisa me dio la mano.

Quizá desconozca la manera de ser de estos dos, pero lucen muy amables hasta ahora.

- ¡Naruto, Sakura! - gritó Lady Tsunade dirigiéndose a nosotros. - ¿Todos están listos? - la mayoría asintió, menos yo. Podía recordar a Yasushi, no quería dejarlo, pero no podemos olvidar a Gaara, tenemos que rescatarlo. El problema es que no tenemos idea de dónde podría encontrarse y a lo que vamos... solo espero recuperarlo a salvo. - Bien, entonces váyanse. Kakashi... - habló con una voz potente mientras el platinado volteaba con la mirada perdida hacia la Hokage.

- ¿Huh?... - suspiró este.

- Encárgate de que regresen a salvo, confío en ti. - habló la sannin. - Cuando sea necesario, invoca a Pakkun y envíalo a que rastree a Gaara, lo dejo en tus manos. - el mismo asintió decidido e hizo una seña para que emprendiéramos la misión.

•
•
•

- ¡¿Cuánto demorará esto, estoy muy cansada?! - agregó Tenten con una mirada de fastidio, miré el cielo, este había oscurecido muy rápido.

- Bueno, descansemos. - propuso Gai-Sensei.

- Tomaré el primer turno, aún me puedo mantener despierta. - hablé levantando la mano, a lo que Lee volteo a verme negando con la cabeza.

- Claro que no. - dijo este tomando mi mano alzada y reduciendo su nivel de altura.

- ¿Pero qué...? - exclamé algo molesta. - Te ves cansado... por favor, duerme un poco. No voy a permitir un "No" cómo respuesta, lo voy a hacer a si te agrade o no, a si que por favor, descansa. - agregué con voz firme. Aquel bajo su mirada y asintió mientras extraía de su mochila una manta que luego, la usó para cubrirse el cuerpo recostándose en un árbol.

- También montaré guardia. - dijo Sai con voz calmada. Kakashi-Sensei y el capitán Yamato asintieron, el primero sonrió, ya que se veía que sus ojos se achinaban. Sería mucho más fácil observar sus expresiones si se quitara esa estúpida máscara. El platinado buscó algunos restos de árboles talados para encender la fogata.

- Descansa tú, yo me quedaré despierto. - habló el de la máscara hacia Gai-Sensei, quien le sonrió y alzó su pulgar. El mismo se recostó en el suelo cubriéndose con una cobija.

- Hola, Sai. - saludé con una sonrisa amigable mientras ambos nos sentábamos en la tierra del suelo apoyados en un árbol.

- Hola. - agregó este con amabilidad. - ¿Haz estado en este tipo de misiones?...

- Ehh... algo a sí, hace unos cuántos meses, la misma organización Akatsuki secuestró a la hermana de Gaara, Temari. Esa fue mi primera misión con el equipo Gai y el equipo Kakashi unidos. Y la primera misión en la que demuestro mis potenciales con el Estilo de Lava. - este hizo un gesto de admiración y sonrió.

- Pareces fuerte. - añadió y yo reí nerviosamente mientras rascaba mi nuca.

- Gracias, he estado entrena...

- Leí en un libro que las apariencias a veces no son ciertas. Ese parece ser tu caso. - me interrumpió y sonrió. Otra vez esa sonrisa, parece sincera pero ya veo que solo lo utiliza para agradarle a la gente. ¿Acaso este chico no sabe nada de sentimientos?...

Puse los ojos en blanco y apareció en mí cierto disgusto, de hecho no me molestaba en un grado extenso pero sí me fastidió cuando lo dijo tan directo.

- Pues también parece ser tu caso. - sonreí de la misma manera que el pálido a mi enfrente lo hizo. Este se asombró y frunció el ceño. - Con esa sonrisa - señalé su rostro. - ... Puede verse sincera, pero ya veo que solo la usas en momentos que necesitas caerle bien a la gente. - agregué. Este se disgusto pero luego comprendió el caso. - Sabes... de vez en cuando... las personas necesitan encerrarse en su propia burbuja, en la que crees que eres lo que piensas que eres. - hice una media sonrisa.

- Lo siento. - rió un poco. - La verdad... aún no comprendo sobre sentimientos, lo he leído en libros, solo eso. - volvió a mostrar una sonrisa, pero esta vez se veía más cálida que las anteriores. En mi rostro se formó una expresión de asombro. Puse una mano en su espalda y le di golpecitos suaves.

- No te preocupes... para eso están los amigos. - sonreí. - Si me disculpas, iré a ver a Lee. Gracias, Sai, me ayudaste a conocerte mejor. - hablé amablemente mientras veía cierto sonrojo en él. Me incorporé y di unos cuántos pasos.

- Amiga... - susurró. Quizá haya querido decir otra cosa, puede que lo haya oído mal, pero no creo que sea el caso. Sonreí para mi y caminé en dirección a donde reposaba Lee.

Me senté a su lado y lo acaricié en la mejilla. De veras, que se veía muy lindo durmiendo, parecía un niño pequeño. Bajé la mirada en cuánto recordé a Yasushi.

- No tardaremos en regresar, ¿Vale?... - miré al cielo como si estuviera hablando frente a frente con él.