Capitulo 48: Te amo

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- ¡Gaara! - abro los ojos de golpe.

Miro hacia los lados, pero ningún mechón rojo se me hacía visible en la habitación.

Tomo mi cabeza con ambas manos, masajeando mis sienes suavemente, librándome de cualquier pregunta agobiante en mi cabeza.

¿Por qué demonios soñé tal estupidez?

No es correcto.

Me repetía una y otra vez en mi cabeza.

Salí de la habitación, sujetándome el cabello en una coleta. Mis labios comenzaban a temblar y mis manos no se quedaban atrás.

Iba apoyándome en cada esquina de los pasillos para no caer, ya que, todo daba vueltas, estaba mareada.

- ¿________, estás bien?... - llama mi atención una voz masculina, reconociéndola al instante, quedándome completamente inmóvil.

El pelirrojo me tomó del hombro, haciendo que gire mi cabeza para observarlo.

Retrocedí unos cuántos pasos hasta golpear un muro detrás mío.

Frente a mí, estaban esos ojos color verde esmeralda, aquel, teniéndome una de sus manos para que la tomase.

- Estoy bien. - me puse firme y hablé directa y fríamente.

Nunca había tratado a alguien a sí, no soy el tipo de personas que sabe cómo apartarse de todo lo amable.

Gaara se sorprendió por mi actitud tan... fuera de mí, yo también estaba sorprendida, esas palabras salieron por sí solas.

- ¿Estás segura? Estás temblando. - acerca su mano hacia la mía, tomándola con delicadeza.

- S-Si... - musité agachando la mirada y arrebatando mi mano de él.

Camino hacia afuera del Palacio del Kasekage, dando pasos ligeros y rápidos.

Narra Gaara~.

- ¿A dónde vas? - pregunté hacia la chica de melena castaña, alzándole la voz, al ver que se alejaba de mí.

- Iré a ver a Lee... - añade de la misma manera.

Aprieto los puños con fuerza, cerrando los ojos y deshaciéndome de pensamientos en contra de mis principios.

- Rock Lee... - hablé entre dientes cuando ________ ya no se encontraba cerca, soltando mi ira con libertad.

Parecía que ese azabache daba vueltas y vueltas al rededor mío, era molesto.

•••

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Narra _________~.

Toco la puerta de la habitación de Lee, efusivamente, alertando a más de una persona a mi al rededor.

- ¿L-Lee...? - pregunto abriéndola.

- Hola, _________. - sonríe.

Vaya necesitaba ver esa sonrisa.

- ¿Cómo te encuentras? - hablo, cerrando la puerta detrás mío.

- Creo que voy a morirme. - tomó su frente con su brazo, dramáticamente.

Me cubro la boca con ambas manos, haciendo una expresión de sorpresa.

- ¡L-Lee, no digas esas cosas! - exclamé.

- Es solo una broma. - carcajeó, dedicándome esa sonrisa única que posee.

Acarició mi cabeza sutilmente, con suavidad mientras se reía dulcemente.

- P-Pero... ¡¿Acaso te estás riendo de...

De pronto, el azabache me toma de las mejillas, comenzando estas a arder rápidamente.

- Disculpe, ¿Qué trata de hacer? - pregunto con una mirada pícara.

Este sonríe de manera juguetona al acercarme a su boca lentamente.

- Esto. - me susurra segundos antes de unir nuestros labios dulcemente. - Te amo, _________. - dice justo después de acariciar suavemente mi rostro al separarnos.

- S-Si lo recordaste... - musité, haciendo una mueca de sorpresa.

- No se me olvidaría. Jamás. - sonrió.

Vaya, esa sonrisa siempre resulta ser reconfortante, en todo sentido.

- También te amo. - suspiro, entrelazando nuestras manos con dulzura.

Su frente se pegó a la mía y sus ojos color negro conectaron con los míos color miel.

- Nunca me dejes. - añadió para luego, apegarse a mis labios, besándolos tiernamente.

El viento ingresó, de repente, en la habitación, abriéndose las ventanas grotescamente.

La brisa golpeaba nuestros rostros, mientras nuestras mejillas ardían fuertemente.

- Lee. - susurré dulcemente al separarnos por la falta de aire. - Jamás voy a abandonarte. Yo...

- ¡__________, ___________, adivina quién accedió a salir conmigo! - chilla una voz molesta.

Las comisuras de mis labios se tornaron hacia abajo al darme cuenta de que era ese maldito rubio, carismático y un tanto torpe.

- ¡¿Naruto, quién demonios te dejó ingresar?! - chillé, girando totalmente mi rostro.

- ¡Oh, lo siento, lo siento! - movió sus manos con desinterés. - ¿Interrumpo algo?

- No. - respondo con una sonrisa incoherente, mientras el azabache a mi lado, dejó salir algunas carcajadas al ver mi expresión enfadada.

- ¡Que bueno! - sonríe el chico de ojos celestes, alzándome su pulgar con una mirada pícara.

Tonto Naruto...

- ¿Quién te dijo que estaba aquí?... - suspiré con molestia.

Quién haya sido... voy a ahorcarlo.

- Gaara. - me sonrió.

Mi cuerpo se tensó evidentemente, mientras mi rostro reflejaba preocupación.

- Ya veo... - murmuré luego de un largo silencio.

You •Rock Lee y Tú• ◀Naruto Shippuden▶ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora