You •Rock Lee y Tú• ◀Naruto Shippuden▶ [EN EDICIÓN]

Capitulo 46: ¿Se ha burlado de mi?

Volteo enseguida y observo a Lee por un momento.

- ¿Te quedarás?...

- A sí parece... - le dije sonriente. - Lo siento, no quería dejarte y no sabía cuándo despertarías...

- Casi no recuerdo lo que ocurrió... - me dijo confundido.

¿Eso quiere decir que tampoco... recuerda el «Te amo»?

- Uhmm... espera hasta que te recuperes por completo. Aunque... hagas lo que hagas... no me olvides, por favor.

- Jamás lo haría, _________. - habló en tono decidido y cálido.

Asentí de manera calmada. No mentiré, esperaba que dijera de nuevo esa palabra... pero no lo hizo.

- Voy a dejarte descansar... ¿Bien? - agregué mientras me despedía con la mano y cerraba la puerta de la habitación.

Unos pequeños corrieron rápidamente a un lado mío, esto hizo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.

«¿Auch?»

Si, auch...

En ese momento ellos se acercaron a mi y me sonrieron tiernamente.

- L-Lo s-sentimos, señorita... - dijeron al unísono. Agacharon sus cabecitas apenados.

- Oh, no... no fue nada, calma. - sonreí sinceramente. Me sostuve del muro a mi lado y me incorporé.

- ¿De veras?.... - preguntó uno. Me agache hasta quedar a su altura y acaricié su cabello.

- ¡De veras! - les alcé mi pulgar y reí divertida.

Ellos sonrieron y corrieron de nuevo, antes claro, despidiéndose de mi.

- ¿__________? - dijo alguien detrás de mi. Esa voz la reconocí casi de inmediato, era...

- ¿Naruto? - gire mi cabeza.

Él se encontraba junto a Sai, esta vez, estaba vestido.

No pude evitar reír un poco al recordar anteriormente.

Ellos me miraron extrañados mientras yo seguía riendo como una loca desquiciada.

- Ay... - reí. - Lo siento. - me calmé un poco. - ¿Qué sucede, chicos? - sonreí.

- ¿Estabas burlándote de mi? - añadió Naruto en un tono poco enfadado.

- No, no. No de ti. - moví las manos con desinterés. - Me reía de Sai.

- ¿D-De mi? - preguntó poniéndose una mano en el pecho. Yo asentí descaradamente.

- ¿Qué hay de gracioso?...

Los miré atentamente, pobres, sus caritas estaban con un moretón en sus mejillas.

- Nada, nada, ya pasó. - dije cambiando de tema. - ¿Qué sucedió con ustedes dos?...

Ambos se sonrojaron tomándose sus mejillas.

- Nada... - añadió Naruto, un tanto apenado.

- Bueno... - murmuré. - Ehh... ¿Quieren ir a comer conmigo? Yo invito.

El rubio olvidó su dolor y asintió rápidamente.

- ¡Vamos, de veras! - chilló.

Mientras que Sai, agradeció amablemente.

- De acuerdo, gracias. - dijo el pálido.

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- ¡Respira, Naruto! - golpee fuertemente su espalda, haciendo que volviera en sí.

Aquel se quedó atónito, no sabía que hacer.

- Pues... lo siento, no hay un local de ramen aquí.

- ¡¿Q-Qu-Qué?! - chilló. - ¡¿Cómo no pueden comer ramen?!

- Pero.... hay un lugar muy bueno volteando la esquina. Temari me llevó a comer costillas en sals...

- ¡No! Mi vida se acabó. - gritó este tirándose en el suelo.

- Yo, acepto. - añadió Sai sonriendo. Yo asentí e imité su acción. A la vez que me agaché para quedar a la altura de Naruto.

- Mira, allá va tu pelirrosa. - indiqué con el dedo.

- ¡¿Sakura, dónde?! - vociferó levantándose inmediatamente.

- Ahora, ven. Te llevaré a comer ¿Vale? - reí un poco junto con Sai.

Naruto se quedó atónito mientras me observaba con molestia y ternura, su expresión era cómica, de veras.

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- ¿Cómo está Lee?... - preguntó el rubio con toda la boca llena de comida.

Le alcancé una servilleta hasta su boca y la limpié con cuidado mientras hablaba.

- Pués... creo que está mejor. - hablé dejando el papel a un lado.

El de ojos celeste sonrió con dulzura mientras Sai nos observaba detenidamente.

- Leí en un libro, que cuando una chica limpia el rostro de un chico mientras come... significa que esta enamorada.

- ¡¿Qué?! - dijimos los dos al unísono.

- Demonios, no todo está en los libros, a veces tienes que vivir tus propias experiencias. - añadí algo sonrojada.

Naruto y yo nos quedamos callados para luego escuchar la risa burlona de Sai.

- ¿Te estás burlando de nosotros?... - preguntamos al unísono.

- No, no. De Naruto, no. - habló con una sonrisa tonta. - De ti, de tu expresión. - Me señalo mientras soltaba sonoras carcajadas.

¡Espera! ¿Se ha burlado de mí?

Reí algo incómoda, mientras rascaba mi nuca.

- Supongo que me lo merecía. - jugueteé con mi cabello.

Ambos chicos rieron dulcemente a la par conmigo.