You •Rock Lee y Tú• ◀Naruto Shippuden▶ [EN EDICIÓN]

Capitulo 43: ¿Vivir o Morir? [Parte 4/5]

Miré hacia arriba, comenzó a llover, el cielo se veía nublado. Yo me veía nublada.

Me levanté, mi cabello estaba empapado de gotas de lluvia. Mi mente estaba revuelta en mil y un pensamientos.

Disipé aquellos y comencé a caminar hacia ese pequeño grupo de personas que rodeaban algo, la mayoría, como Naruto, Kakashi-Sensei, Sai y Sakura habían ido a buscar a Gaara, probablemente. Ahí fue cuando me di cuenta de que... Lee estaba herido, casi por derrotarse. Corrí hasta él, lo miré detenidamente. Este se quejaba de dolor que hacía que en mí se produzca un sentimiento de ira hacia mi herm... hacia Zero.

Me agaché hasta quedar a la altura del pelinegro. Gai-Sensei estaba a su lado, tomándolo de la mano, de él se podían ver gotas de lágrimas que caían fluidamente por sus mejillas.

Regresé la mirada hacia Lee, parecía que todo estaba en cámara lenta, no podía hablar, mi voz estaba como sellada. Solo se podían oír los latidos de mi corazón, este palpitaba rápidamente. Tenía mucho miedo, de que algo le pase a Lee, de que algo le suceda a Gaara, que algo ocurra con todas las personas que me rodean. Y aunque no tenía tiempo para pensar en eso, lo hago, porque ellos significan mucho para mí, mucho en mi vida.

- L-Lee... - hablé en voz baja con dificultad para pronunciar. Mis labios temblaban y de mis ojos brotaban lágrimas que se resbalaban rápidamente por mi rostro. Este acomodó su mano libre en mi mejilla, yo me posé en aquella y sonreí tristemente. - Vas a estar bie...

- _________... - dijo interrumpiéndome, me callé por un momento y lo miré con atención. - ________... yo... - agregó con dificultad, las lágrimas se me derramaban considerablemente. Tenía miedo de lo que podría decirme, de que tal vez me haga saber... que ya no puede más con el dolor. - ________..., tú eres una persona muy importante en mi vida... - negué con la cabeza, ya sabía lo que probablemente diría a continuación. De nuevo, mis lágrimas se incrementaban extensamente. Ya no podía más, verlo de esa manera... me hacía querer acabar con mi vida.

- Tú... también lo eres... - indiqué tomando su mano que se encontraba en mi mejilla. No aguantaba la impotencia, no poder hacer nada para salvarlo, porque sencillamente no podía moverme por el miedo, miedo a perderlo. Bajé la mirada y observé una gran herida cerca a su estómago, producida por la espada de Zero, que segundos antes de que Lee recibiera el impacto, yo me encontraba paralizada.

- Me has hecho sonreír, hiciste que vuelva a sentir ese sentimiento... de que a alguien le importo. - habló este sonriendo. Incluso cuando su vida peligra, él sigue sonriendo. - Fui muy cobarde, ________. Lo admito. - rió un poco. Yo lo miré con tristeza y algo confundida. Lee limpió mis lágrimas con su pulgar y continuó. - ________... no tuve el valor para decírtelo antes, creí que me rechazarías, lo sé, soy un idiota. - indicó, a lo que yo negué con la cabeza, cerré los ojos por el dolor que me producía verlo así. - Yo.... t-te amo, _______... - dijo con una sonrisa cálida. Lo miré bastante sorprendida, rompí en llanto cuando sus ojos se cerraban. Lo moví un poco y volvió a mirarme con dulzura.

- También... yo también te amo, Lee. - sinceré con lágrimas en los ojos. En ese momento reaccioné y ubiqué mis manos en la zona afectada. Comencé a curarlo, pero sus heridas estaban bastante prolongadas. Este dio una bocanada de aire por el tormento. - Vas a estar bien ¿De acuerdo?... - hablé con tristeza. Voltee a ver a Tenten, quien aguantaba las lágrimas, ella no hacía un gran trabajo con eso, ya que se acurrucó junto a Neji, quien este le dio un fuerte abrazo cerrando los ojos. El capitán Yamato solo nos miraba con ojos agotados, su mirada reflejaba profunda tristeza. Miré un momento a Gai-Sensei quien se volteó y caminó hacia otra dirección, aquel ya no podía aguantar sus ganas de llorar, estaba claro.

Intenté calmarme un poco, suspiré y volví a observar a Lee. Sus ojos estaban por cerrarse pero cuando estaba apunto de hacerlo, volvieron a abrirse, estos me miraban, a mí y solo a mí. De su boca, se formó una sonrisa. Yo imité su acción y acaricié su cabello lentamente.

- No pienses en dejarme, por favor. - indiqué para luego besarlo tiernamente. Al separarnos, este negó con la cabeza y volvió a sonreirme.

- No lo haré. - dijo bastante decidido.

Sakura, Naruto, Sai y Kakashi-Sensei regresaron segundos después. Los dos primeros llevaban apoyados en sus hombros a Gaara. Parecía estar bastante decaído, sus muñecas sangraban, lo suficiente como para saber que se dañó demasiado. La lluvia empapaba y jugaba con su cabellera rojiza, haciéndola moverse de un lado para otro. Sonreí al verlo, pero este tenía la mirada hasta por el suelo, se lo veía agotado. Rápidamente miré a la pelirrosa, quien correspondió en el momento. Llegaron hacia nosotros y Naruto miró a Lee, bastante sorprendido y triste.

- Cejotas... - susurró con delicadeza, reí un poco y le pedí ayuda a Sakura, quien supo como contestar a mis señas.

Esta se acercó hacia mí y al pelinegro. Posó su manos en el pecho de este y me miró aliviada.

- Está estable... pero, tenemos que llevarlo a un hospital. - dijo decididamente a lo que sonreí de alegría y asentí. Gai-Sensei cuando escuchó esto, cargó suavemente a Lee en sus brazos. me quité la chaqueta que llevaba puesto y la ubiqué en él, cuidando que su cuerpo no se moje más con la lluvia.

Todos caminaron, algunos como Tenten, Neji, Sai, Kakashi y Yamato-Sensei corrían a velocidad, buscando ayuda de parte de la Aldea más cercana, la Escondida entre la Arena.

Caminé junto a Naruto, donde podía estar observando a Gaara.

- ¿Estás bien?... - le pregunté al pelirrojo, este alzó la mirada, su rostro se veía cansado. Sus ojos relucientes color esmeralda me miraron detenidamente.

- __________... - susurró aún viéndome. Se separó de ambos, rubio y pelirrosa. Caminó a mi dirección con algo de dificultad, sus pasos estaban desequilibradas, lo que hizo que cayera al suelo, aunque segundos antes lo detuve sosteniéndolo de hombros. Naruto y Sakura se encontraban un poco más atrás de nosotros, conversaban y el rubio le dedicaba de vez en cuando unas sonrisas que la pelirrosa aceptaba e imitaba. Volví a ver a Gaara y sonreí para mí, ya que este tenía una mirada hacia el suelo.

- No te esfuerces mucho. - sonreí y lo recosté en un árbol. Tomé sus brazos y de una venda que extraje de mi bolso, comencé a cubrirlos suavemente, cuidando que no se dañen. - Ven... - hablé con dificultad al ayudarlo a levantarse. Este se apoyó en mi y rodee su cintura.

- Gracias. - dijo dedicándome una sonrisa. Yo asentí imitándo su acción.

- Te ves terrible, Gaara. - bromee, a lo que él rió alegremente.

- Lo sé. - indicó con una sonrisa.

- Se van a poner muy felices de verte, ya verás. Yo lo estoy haciendo ahora. - reí con sinceridad. Este me miró por un momento y bajó la mirada algo sonrojado.