KATE
Mientras preparo las maletas con todas mis cosas no puedo evitar preguntarme si estoy haciendo lo correcto o no; por momentos me ataca una inseguridad enorme y no sé como enfrentarla, luego se me pasa y sé que tomé la mejor decisión. En esta pequeña ciudad nunca iba a poder salir adelante, necesitaba salir de aquí por más difícil que fuera y ya la decisión estaba tomada; me costó mucho conseguir una beca en la academia de Artes como para dejarlo botado y quedarme aquí a seguir con mi miserable vida. Necesitaba irme urgente, necesitaba dejar todo atrás y si eso significaba dejar a mi familia lo iba a hacer; muchos años viví con esta culpa y tristeza en mi corazón pero hubo un momento en el que dije que ya no sufriría más, intentaría salir adelante como sea.
—Aún estás a tiempo de arrepentirte —doy un salto cuando la voz de Lydia interrumpe mis pensamientos.
—Mamá, no me quedaré —le digo entre risas y ella viene a abrazarme.
—Lo sé preciosa, con tu papá estamos muy orgullosos de ti.
—Gracias por ayudarme a cumplir mis sueños, nunca podré terminar de agraderles —la miro y ella me limpia una lagrima rebelde con su dedo.
Lydia y Parker no son mis padres biológicos pero aun así sé que darían la vida por mi. Ellos me acogieron cuando yo era un bebe indefenso que no tenía a donde ir o como sobrevivir; Stella, mi madre, si es que le puedo llamar así quedó embarazada de mi a los dieciocho años y me culpó siempre por haberle arruinado la vida. Me abandonó a los pocos días de nacer y Lydia, su hermana, me salvó. No supe que Stella era mi madre hasta que tuve siete años, cuando por esas cosas del destino Lydia y Parker no me pudieron cuidar más; tuve que ir a vivir con ella y descubrí todo de la peor forma posible. Solo viví con ella un año, no lo soporte más; me golpeaba cada vez que tenía oportunidad y tenía que esconderme de todos sus novios para que no abusaran de mi, pero a ella no le importaba nada. Le rogué a mi tía que me aceptara en su casa, le prometí que no me metería jamás en problemas —aunque en ese entonces no sabía que no lo cumpliría—, y a pesar de todos los problemas por los que estaban pasando y de tener tres niños más a los que cuidar, me acogieron con la mejor sonrisa. Padres son los que crían, por eso siempre digo que mis verdaderos padres son ellos y; Zachary, Sophie y Leah son mis hermanos. Muy pocas personas conocen esta parte de mi.
—¿Y que va a pasar con el ballet?— pregunta mi madre.
—A veces hay que renunciar a algunas cosas, ya van a ser muchos gastos para ustedes que me vaya a vivir tan lejos; no puedo darles más carga.
—Tu sabes que nosotros podemos arreglarnos, si quieres podemos hacer un esfuerzo para que sigas. Eres muy buena, no deberías desperdiciar ese talento.
— No quiero que sigan gastando dinero en mi, mamá. El ballet es un gusto que no me puedo dar, porque es muy caro; con lo que cuesta un par de puntas nuevas puedo comer durante dos meses.
— Está bien, si cambias de opinión solo tienes que decirlo.
Desde que volví a vivir con ellos que asisto a una academia de Ballet; debo admitir que es una de las cosas que más me apasiona pero debo dejarlo ya que sé que mi familia no puede andar desperdiciando dinero, menos en mi. Todo este tiempo asistí a la academia en la que trabajaba la mejor amiga de mi madre y también conocíamos a la directora de la academia, Isabella, por eso no se hacía tan complicado; utilizaba mis puntas hasta que estuvieran demasiado quebradas ya que no quería hacer gastar de más. Ahora que me iba de la ciudad no podía darme el lujo de asistir a una academia ya que estuve investigando y no podría costearlas. No voy a negar que me muero de ganas por seguir bailando pero hay que tener prioridades y la mía en estos momentos es la academia de Artes.
Danza versus Artes, fue una decisión bastante difícil pero me fui por el lado practico, en la de Artes me dieron una beca completa por los tres años siguientes en cambio en la de Danza no me daban nada; ahí fue cuando me di cuenta de que tal vez no era tan buena como mi familia me decía.
Hace un año que no consumo ningún tipo de drogas, pero sé que mis padres siguen preocupados por que recaiga y vuelva a la misma mierda de antes. Una de las razones por las que me quiero ir es porque ya les he causado muchos problemas; me he metido en muchas cosas y los he hecho sufrir mucho y ellos ni siquiera deberían haberse hecho cargo de mi en esas circunstancias pero lo hicieron y nunca sabré como agradecérselos.
—¿Qué pasa hija? —pregunta Lydia cuando algunas lagrimas comienzan a caer por mis ojos.
—Lo siento mucho —digo rompiendo a llorar con todas mis fuerzas—. Sé que no he sido la hija que prometí ser cuando les pedí que me adoptaran; en realidad soy una mierda y no merezco todo lo que han hecho y hacen por mi.
— Katherine ¿Qué estás diciendo? —pregunta preocupada— Eres una hija increíble. Todos cometemos errores alguna vez pero tu supiste salir adelante y no podemos estar más orgullosos de ti.
—No fueron unos pequeños errores, casi arruino sus vidas y la mía por completo.
—Prométeme que te cuidaras —ignora lo que acabo de decir como hace siempre que según ella empiezo a hablar tonteras—, si te sientes sola promete que nos llamarás.
—Lo prometo —digo entre sollozos.
—¿Hablaste con Gabriel? —asiento con la cabeza y bajo la mirada— ¿Que dijo?
—Se puso furioso por no haberle contado antes, tengo miedo que haga una locura.
—Esa relación no te llevará a ningún lado y lo sabes Katie.
— Lo sé mamá; por eso terminé con él antes de volver a casa.
Gabriel había sido mi novio por los últimos cuatro años; pase los mejores momentos de mi vida con él, pero también los peores. Estaba tan cegada por amor que deje que me basureara mil veces, me golpeo otras y me metió directamente al mundo de las drogas; mis padres no lo soportaban y cuando les conté mi idea de irme a estudiar fuera, lo primero que pensaron fue que me iba a ir con él. Luego de jurarles mil veces que lo hacía porque quería salir adelante y dejar atrás nuestra relación ellos aceptaron. Sinceramente, él si tenía que ver con mi decisión de marcharme, aunque lo amara sabía que no podría vivir en paz si él seguía en mi vida.
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Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)
Любовные романыPRIMER LIBRO SERIE SEMPITERNO, SPIN OFF VIDAS ROBADAS. Antes de conocer a Mía Hamilton, era casi imposible que sus vidas se juntaran ya que no tenían nada en común. Kate era una chica de una ciudad y familia pequeña; no tenía relación alguna con su...