KATE
Abro los ojos un poco desorientada, sigo en los brazos de Ben sin entender mucho qué es lo que pasó. Por su cara de preocupación, supongo que me desmayé e intento moverme para asegurarle que estoy bien pero al hacerlo me vuelvo a marear.
—No te levantes, pediré que traigan una camilla.
—¡No! Estoy bien, solo estoy cansada. ¿Puedes llevarme a casa, por favor?
—Un médico tiene que verte.
—No es nada, tú sabes que no es la primera vez que me pasa, odio las clínicas y eso me descompone siempre. ¿Recuerdas la vez que vinimos a ver a Mía?
—Sí, pero en ese momento estabas demasiado exaltada y ahora fue de la nada.
—Me debe haber bajado el azúcar, Ben, de verdad estoy bien. Solo necesito descansar.
Sé que no me cree nada pero termina accediendo y me ayuda a llegar al auto. Me siento demasiado mal, voy rogando por que alcancemos a llegar antes a casa porque no quiero vomitar su auto. Al llegar a casa, me carga en sus brazos y me lleva a la cama, las náuseas ya pasaron pero sigo con ese malestar general así que lo único que intento es dormir. No hay nada que un buen sueño no mejore.
***
El domingo todo pareció ir mejor, incluso pude comer un par de bocados de algo que Ben me preparó pero el lunes por la mañana me amanezco en el baño vomitando, estoy agotada pero sé que si vuelvo a la cama será peor. Devuelvo todo una vez más y escucho que tocan el timbre. Decido dejarlo pasar ya que no tengo ánimos de atender a nadie pero luego siguen tocando y en mi teléfono empieza a sonar la melodía de Ben, así que sé que es él. Salió muy temprano a la universidad y es probable que no haya llevado llaves.
Me cepillo los dientes con rapidez y con cara de muerta le voy a abrir la puerta a mi novio. Intento sonreír pero sé que no resulta cuando veo su preocupación.
—¿Qué pasa?
—No lo sé, amanecí enferma —evito darle un beso porque sería desagradable—. Te besaría pero acabo de vomitar y te amo demasiado como para hacerte eso.
Se ríe y me abraza con fuerza, me pierdo en ese aroma que tanto me encanta hasta que me vuelven las náuseas y salgo corriendo nuevamente al baño. Sigo botando hasta lo que no hay en mi estómago cuando siento sus manos acariciando mi espalda con suavidad.
—Esto es asqueroso —digo una vez que me siento con la espalda apoyada en la pared y él moja una toalla para limpiarme la cara como una vez hice yo con él—. No tienes que hacerlo.
—Tú hiciste lo mismo conmigo cuando estaba ebrio y ni siquiera me conocías, ¿qué clase de novio sería si no te ayudara ahora que estás enferma? Además, créeme que el vómito es una de las cosas menos asquerosas que me ha tocado ver. ¿Te sientes mejor?
—Sí, creo que no queda nada en mi estómago que devolver.
Me ayuda a levantarme y le pido mi cepillo de dientes antes de que me lleve a la cama, luego desaparece y va a la cocina. Vuelve con una de sus bebidas isotónicas que había comprado hace unos días y me pide que la beba para que ayude con la deshidratación así que le hago caso. A fin de cuentas, él es mi futuro médico personal.
Se acuesta a mi lado y me rodea con sus brazos, es así como termino por quedarme dormida al fin.
Despierto un par de horas más tarde con mucha sed por lo que vuelvo a tomar de la bebida azul, Ben me está observando pensativo y le sonrío antes de levantarme al baño una vez más. Me cepillo los dientes tres veces hasta que siento que estoy limpia y me doy una ducha ya que me siento bañada en sudor. No tengo energía para nada así que cuando salgo envuelta solo en la toalla, mi novio termina de vestirme.
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Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)
RomancePRIMER LIBRO SERIE SEMPITERNO, SPIN OFF VIDAS ROBADAS. Antes de conocer a Mía Hamilton, era casi imposible que sus vidas se juntaran ya que no tenían nada en común. Kate era una chica de una ciudad y familia pequeña; no tenía relación alguna con su...