Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)

Capítulo 48: primera cita

KATE

Estoy como loca dando vueltas por mi habitación, buscando unos zapatos que no uso hace mucho tiempo. No queda mucho tiempo para que Ben venga a buscarme e ir a nuestra cita. ¡Ay! Me pone nerviosa hasta pensar en esa palabra.

Hace unas semanas había decidido gastar un poco de mi dinero en algo para mí y cuando fui a la tienda, me enamoré tanto de un vestido que no pude no comprarlo. Era demasiado perfecto y parecía tener mi nombre, tuve que comprarlo, fue una emergencia. Lo tenía guardado para una ocasión especial y creo que llegó el momento de usarlo.

Me comienzo a vestir cuando logro encontrar los malditos zapatos, estoy tan nerviosa que siento el estómago revuelto. Me miro en el espejo y apruebo mi look cuando tocan el timbre y doy un salto. Qué puntual.

Lo único que quiero es verlo, sé que ayer lo vi un rato luego de que interrogara a April sobre lo de la cárcel pero no fue suficiente, esto de tenerlo cerca se está volviendo una necesidad.

Voy caminando calmada hacia la puerta porque no quiero que note lo impaciente que estoy y cuando abro soy consciente de que me da una mirada de los pies a la cabeza y luego sonríe.

—Estás preciosa —dice y yo me sonrojo como siempre.

—Tú también te ves bien.

Va vestido con una camisa color celeste, pantalones color beige y lo que le quita toda la formalidad son sus infaltables zapatillas. Me pregunto si alguna vez usará zapatos en alguna de esas cenas o eventos que tiene su familia, supongo que algún día se lo preguntaré.

Tomo mi bolso y salimos del edificio, vamos caminando muy cerca pero sin llegar a tocarnos. Ben abre la puerta del auto para mí como todo un caballero, como siempre lo hace y me subo, mientras espero a que él dé la vuelta para subir intento mantener mis manos quietas pero se me hace imposible. ¡Agh! Este chico me pone tan nerviosa.

No me quiere decir a dónde me lleva y conduce en silencio hasta que llegamos a un lujoso restaurant, Ben le pasa las llaves del auto a un señor que trabaja ahí para que lo estacione y me va a abrir la puerta para que pueda bajar. Me ofrece su mano y yo la tomo, aunque enseguida me doy cuenta que no debería haberlo hecho cuando siento que todo mi cuerpo comienza a temblar, lo peor es que él lo nota. Siempre he sido muy buena ocultando lo que siento pero con él se me hace imposible, es como si por más que intente esconderme detrás de mil capas igual pudiera verme.

Apenas entramos quedo aún más maravillada con el lugar, es mucho más hermoso por dentro y estoy segura de que es carísimo. Por lo que veo, supongo que un vaso de agua aquí vale más que los zapatos que llevo puestos. Un señor, perfectamente vestido con un traje formal nos lleva hacia nuestra mesa y Ben le pide la carta especial, sin los precios.

—¿Por qué hiciste eso? —le pregunto sorprendida, me gustaría saber cuánto vale lo que consumo, no quiero que gaste una cantidad enorme por mi culpa.

—Porque te conozco y sé que elegirás lo más barato para no sentir que abusas de mí —me mira fijamente con esos ojos que me derriten completamente—. Y esta noche quiero que elijas lo que quieras, sin importar el precio. Digamos que te quiero consentir un poco.

—Eres increíble.

—Ya lo sé, aunque gracias, no me lo decías desde el...

—No menciones eso.

—No podrás evitar hablar de eso para siempre.

—Ya sé, solo no estoy preparada.

No se demoran mucho en traer la comida después de que la pedimos, no hemos dejado de hablar en todo el rato, de todo y de nada. Supongo que de poco la incomodidad entre nosotros va desapareciendo y al final de la cena ya no queda nada. Hablamos exactamente igual que antes, como si el beso no hubiese pasado, solo que sí pasó y no hay manera de que pueda olvidarlo.