Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)

Capítulo 86: Verdades a la luz [PT.2]

BEN

Luego de pasar toda la mañana en la universidad con mamá intentando arreglar el desastre que dejó papá al cancelar todo, vuelvo a casa más cansado de lo que esperaba y sin ganas de hacer nada más.

El olor a comida que me recibe y mi rubia en la cocina son lo único que logra hacerme sonreír, me acerco a ella para besarla. Al menos, ahora puedo hacer eso todos los días y me ayuda a olvidarme un poco de todo, si no hubiese vuelto a vivir conmigo no sé cómo habría soportado estos días de mierda.

—¿Pudiste solucionarlo? —pregunta mientras me entrega un plato y nos vamos a acomodar al sillón para estar más juntos.

—Sí, ahora es mamá quién me está pagando todo. No sé de dónde sacó el dinero tan rápido.

—Las mamás son mágicas.

—Así parece.

Comenzamos a comer y luego de un momento me doy cuenta de que está un poco ausente. Debido a los últimos acontecimientos, estoy a punto de entrar en pánico como cada vez que la veo así, me he convertido en un paranoico pero creo que es entendible después de todo lo que ha pasado.

—¿Pasa algo? Te noto distraída —me obligo a parecer tranquilo y ella vuelve a centrar toda su atención en mí. No la he perdido.

—Me encontré con Theo cuando fui a comprar la comida, me tomó por sorpresa, eso es todo.

—¿Quieres hablar de eso?

Asiente solo moviendo la cabeza y me comienza a contar toda la conversación que tuvo con su padre biológico, escucho con atención porque todo este tema es bastante complicado sobretodo la parte en que la señora Lydia fue su novia. Ahora entiendo la tensión que había en esa sala de espera cuando esperábamos noticias de Kate.

—¿Puedes imaginarte a mamá y a Theo? —pregunta una vez que termina su historia y su comida—. Porque yo no.

—La verdad es que son las últimas personas a las que me imaginaría juntos.

—Nada de esto tiene sentido.

—¿Qué piensas hacer respecto a este tema?

—No lo sé. Quiero perdonarlo pero no sé si pueda, sigo dolida por la mentira y también siento que estoy traicionando a mis padres si hablo con él.

—No estás traicionando a nadie, si quieres mantener alguna relación con Theo estás en todo tu derecho.

—¿Por qué todo es tan difícil?

—Ven acá.

Dejo mi plato vacío en la mesita y abro los brazos para acogerla, ella no tarda en acurrucarse contra mi pecho y nos quedamos ahí un largo rato. Ella piensa que solo le estoy dando apoyo a ella pero no tiene idea de lo mucho que me está apoyando a mí y eso es lo que me hace amarla tanto.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —se separa un poco de mí para mirarme a los ojos y yo asiento—. Pero por favor no te molestes, solo lo vi por casualidad.

—No podría molestarme contigo.

—Estaba dejando unas cosas en la otra habitación, la del escritorio y sin querer boté un libro que se abrió con el golpe. Me dio un poco de curiosidad así que empecé a buscar la enfermedad de mi papá pero luego encontré esto.

Saca del bolsillo de su pantalón una carta que reconozco enseguida, es la de la beca en Londres que no tomé. La deja en mis manos sin dejar de observarme como si quisiera encontrar muestras de enojo pero no las va a encontrar, obviamente hubiese preferido que nunca supiera lo de la carta pero era cuestión de tiempo.