Capítulo 60: El niño del piano

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Kate

Soy consciente de que mi piel perdió cualquier color que podría haber tenido hace unos segundos, le exijo a mi cuerpo que se mueva o haga algo pero pareciera que estoy paralizada. No sé qué hacer, no sé qué decir. Isabella Gilbert no puede ser la madre de Ben, no, no puede. Esto debe ser una broma, esa mujer me vio crecer, me vio en mi peor momento. ¡Dios! Ella sabe todo lo de las drogas y ese pasado que tanto me esfuerzo por dejar atrás.

En un segundo todo acaba de irse al demonio, la señora Isabella jamás va a permitir que esté con Ben, le contará todo y si ella no nos separa, él terminará haciéndolo tarde o temprano. ¿Por qué no puedo tener una ganada en esta vida? ¿Por qué cuando estoy a punto de encontrar la felicidad, aparece algo que lo arruina todo? ¿No merezco ser feliz? ¿Lo que hice en el pasado me castigará para siempre?

Esos dos pares de ojos verdes que siempre me parecieron tan hermosos, ahora me observan con confusión y me aterran. En un intento por desviar la mirada de ellos me arrodillo para intentar arreglar un poco el desastre que dejé con la taza rota.

—Lo siento mucho —logro articular una disculpa pero no puedo volver a mirarlos.

—No te preocupes por eso —Ben me toma del brazo con delicadeza para que me levante y eso hago—, ya limpiaremos eso.

—¿Estás bien? —me pregunta su madre con preocupación y miro mis pies, no puedo sostenerle la mirada—. Estás más pálida de lo normal, Katie.

—Estoy bien, señora Isabella.

—Bueno, está más que claro que se conocen —mi novio interrumpe el silencio incomodo—. ¿Puedo saber de dónde?

Estoy buscando las palabras para contestar cuando la señora Isabella comienza a hablar.

—Conozco a esta chica desde que tenía ocho años, le faltaban un par de dientes y llegó a la academia del sur a dejarnos a todos con la boca abierta. Es una de mis alumnas estrellas —me sonrojo al escuchar eso, no me lo esperaba—. Deberías verla bailar algún día si no lo has hecho, pareciera que la danza corre por sus venas. Mi pregunta es, ¿cómo es que se conocen ustedes y cómo es que recién me entero de que Katie es tu novia?

—Es la mejor amiga de April, nos conocimos en su casa, nos llevábamos bien y me estuve quedando con ella los días en que me fui de la casa. Dormí en el sillón, por si te lo preguntas.

—Que pequeño es el mundo, ¿no? Bennie, ¿por qué no vas a buscar algo para limpiar esto?

¡Ay, no! ¡Ay, no! Se acabó la amabilidad, me mandará a la mierda. Me dirá que me vaya de su casa y que no vuelva a ver a Ben nunca más. Tendría mucha razón en hacerlo, ¿quién querría para su hijo a una ex drogadicta?

—Lo siento —me apresuro a decir aunque no tengo claro por qué me estoy disculpando.

—¿Qué cosa sientes?

—No sabía que Ben era su hijo.

—¿Eso hubiese cambiado lo que sientes por él?

—No, pero tal vez hubiese guardado las distancias para no terminar enamorándome de él.

—¿Estás enamorada de él?

—Por favor no le diga nada —me mira confusa y yo tengo que bajar la mirada otra vez, avergonzada—. No le diga nada de mi pasado, por favor. Sé que debo decírselo y lo haré, pero ahora no estoy preparada, no quiero que me mire como todos los que me conocen lo hacen, no quiero que sienta lástima de mí o asco, por favor no se lo diga. Sé que debo ser la última persona con la que usted quisiera que estuviera uno de sus hijos, más todavía sabiendo todo lo que sabe pero le prometo que no soy la de antes, cambié y eliminé cualquier contacto que pudiera tener con la vida que tenía antes.

Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora