BEN
Creo que nunca me había mirado al espejo tantas veces seguidas, estoy realmente nervioso. Me he cambiado dos veces de ropa porque no sé qué usar, nunca había ido a cenar con los padres de una chica, ni siquiera con Natalie y eso que nuestra relación fue de dos años. Supongo que debí darme cuenta antes que algo iba mal entre nosotros.
No sé si les agrade, su hermana parece simpática y muy divertida, debo admitir que disfruté viendo como Kate se avergonzaba con lo que Leah decía. Creo que lo que más terror me da es conocer a su padre y a su hermano, recuerdo que una vez ella dijo que eran un poco sobreprotectores y eso me tiene un poquito nervioso. Espero sobrevivir la cena.
Cuando recibo el mensaje de Kate que dice que está afuera esperándome, le pido a mis compañeros de voluntariado que me deseen suerte y me gano un par de gritos y silbidos por parte de ellos. Salgo y la rubia me está esperando apoyada en un auto con una sonrisa radiante.
—Hola, rubio —abre los brazos para recibirme y luego la beso como si no la hubiese visto esa misma tarde—. ¿Listo para conocer a los locos Walker?
—Síp, solo espero que no me odien.
—No te odiarán, creo que no conozco a nadie a quien no le agrades —acomoda el cuello de mi camisa—. Es una lástima que no podré besarte mucho en casa, tendré que hacer un gran esfuerzo teniendo en cuenta lo guapo que estás.
—Tú también lo estás.
—¿Bromeas? Voy vestida muy informal.
Es verdad, a pesar de que no hace mucho calor, lleva puesto un short de mezclilla de tiro alto y un crop top negro que me hace alucinar, encima lleva un polerón abierto que es unas tallas más grande que ella. Alejo mi vista un momento para no tener problemas y que la mente se me haga papilla porque está hermosa como siempre.
—¿Y? Me estás volviendo loco igual —la tomo de las caderas y la acerco a mí nuevamente—. ¿No tienes frío?
—Estamos en el sur, rubio. Aunque no lo creas esta tarde es una de las calurosas. Creo que no soportarías un invierno aquí.
—Por ti, podría hacer el intento.
Me vuelve a besar y luego nos subimos al auto ya que dice que en su casa se deben estar preguntando por qué tardamos tanto. Conduce rápido pero con cuidado y me encanta ver que se muerde el labio como siempre que está concentrada en algo, me gustaría ser yo el que muerda ese labio. ¡Te estás desviando del tema!
Tardamos unos veinte minutos en llegar que pasan demasiado rápido entre una conversación de todo y nada. Kate estaciona con mucha facilidad entre dos autos en frente de una pequeña casa color mostaza.
—Así que conoceré a tus padres —le digo antes de bajar con una media sonrisa—. Es un paso muy grande para nuestra no-relación.
—Solo prométeme que no saldrás corriendo una vez que entres.
—No podría salir corriendo ni aunque quisiera, es como si fueras un imán y yo algo de metal.
Me sonríe y me da un beso corto, luego bajamos y me toma la mano para que entremos juntos. Saca su llavero de Minnie Mouse y abre la puerta, lo primero que llega a mí es un delicioso aroma que no podría decir con exactitud lo que es y después un calor acogedor. Una mujer de unos cuarenta y cinco años, con el cabello color rubio ceniza y muy parecida a Kate sale desde algún lugar y me da una sonrisa radiante idéntica a la de la rubia.
—¡Tú debes ser Ben! —me da un abrazo—. Bienvenido, soy Lydia, la madre de Katie.
—Un placer conocerla, señora Lydia.
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Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)
Roman d'amourPRIMER LIBRO SERIE SEMPITERNO, SPIN OFF VIDAS ROBADAS. Antes de conocer a Mía Hamilton, era casi imposible que sus vidas se juntaran ya que no tenían nada en común. Kate era una chica de una ciudad y familia pequeña; no tenía relación alguna con su...