KATE
Llevo dos horas sentada en el bus, solo quedan aproximadamente siete para llegar a mi destino. Fue mucho más difícil de lo que creí despedirme de mi familia; sobre todo viendo a mi mamá y a Leah llorar. No soy una persona que demuestre mucho mis emociones, no me gusta que los demás sepan que estoy mal porque eso demuestra mi debilidad y no puedo permitir que nadie sepa cuan rota estoy; nunca lloro en frente de nadie por más triste que esté pero hoy no pude evitarlo, esas cinco personas son todo lo que yo tengo y aun no sé como viviré todo este tiempo sin ellas.
No me subi al bus hasta escuchar por quinta vez las recomendaciones de mamá y de prometerle que la llamaría apenas llegara a mi destino. El departamento que arrendaron para mi viene con muebles por lo que solo llevo conmigo dos maletas y una mochila con mis cosas; es más que suficiente. No he sabido nada de Gabriel desde que le dije que me iría pero para mi sorpresa eso me alivia, las cosas serán mucho mejor si él no esta en mi vida.
¿Qué me deparará el destino? No lo sé, de lo único que estoy segura es que algo bueno se aproxima a mi vida; después de todo, no existirían los arco iris sin que llueva aunque sea un poco antes.
Ya llevo seis horas de viaje, lo único que quiero es llegar pronto a la ciudad y poder descansar en mi cama; prepararme para esta nueva vida que tanto soñé. Tomo el libro que traje para entretenerme, un paseo para recordar de Nicholas Sparks; lo he leído mínimo unas cinco veces pero es que es mi favorito, definitivamente amo la historia de Landon y Jamie; me hacen creer por momentos que el amor verdadero existe y no es una mierda como el que me ha tocado vivir.
La señora sentada al lado mío me despierta cuando ya estamos a punto de llegar al terminal de buses, ni siquiera me di cuenta cuando me quede dormida con el libro abierto pero al fin me podré bajar de este bus, y es una suerte ya que estoy muy inquieta.
Apenas llego, recupero mis maletas, me subo a un taxi y le doy la dirección del departamento, no quería perderme en mi primer día así que me asegure con el taxi. Emocionada voy mirando por la ventana todo mi alrededor y cada vez quedo más maravillada con la ciudad, todo es mucho más lindo que en las fotos. Estamos a finales de Febrero por lo que veo en las calles a la gente con ropa de verano aunque sean las ocho de la mañana, puedo imaginarme en un par de meses paseando por ahí; solo espero tener algún amigo o amiga que me acompañe, aún me pone muy nerviosa eso de tener que hacer nuevos amigos.
—Señorita, ya llegamos —el taxista interrumpe mis pensamientos y recién me doy cuenta que había detenido el auto, me ayuda con las maletas y le pago antes de entrar al edificio donde el conserje me recibió; era bastante más joven de lo que imaginé, debe tener unos veintitrés años, es pelirrojo y de ojos verdes. Me da la bienvenida y me ayuda también con mis cosas hasta llegar a mi nuevo hogar que queda en el octavo piso del edificio.
—Cualquier cosa que necesite puede llamar a recepción desde el teléfono de ahí —apunta hacia una pared en donde hay un teléfono pegado, imagino que debe ser para abrir el portón o comunicarme con los conserjes como él dijo—, soy Austin, paso casi la mayor parte del tiempo aquí por lo que nos veremos seguido.
—Soy Kate —le digo tendiendo la mano.
—Bueno, Kate debo volver al trabajo.
Sale hacia el pasillo y cierra la puerta mientras yo camino para conocer bien mi nuevo hogar, se ve bastante acogedor y perfecto para mi; tiene una habitación, en la que puedo ver una cama de dos plazas, un televisor pegado a la pared y algunos muebles en muy buen estado, puedo divisar dos puertas en ella, un baño y un walking closet; fuera la cocina estaba separada del living por una barra que servía de mesa, en dos palabras: me encantó.
Me saco los zapatos ya que me están matando los pies. Bien Kate, eliges los más incomodos el día que tienes que viajar nueve horas.
Tal como me lo pidió, llamo a mi mamá para avisarle que ya estoy instalada y que llegué sana y salva.
—¿Segura estás bien? —me pregunta como por quinta vez y yo me río— Aun puedes arrepentirte y volver, Katie.
—Mamá estoy muy bien, me encantó el departamento y hablaremos todos los días; además ustedes ya necesitaban un descanso de mi, yo les traía muchos problemas.
—¿Vas a volver a eso, katherine? —me regaña— Nunca podríamos necesitar un descanso de ti, porque te amamos y eres una hija maravillosa.
—Es la verdad, los últimos años lo único que hice fue hacerlos sufrir.
—¡Basta! No te quiero escuchar decir eso otra vez o me verás enojada; el pasado ya no se puede cambiar y ahora solo debes enfocarte en tu futuro. Estamos orgullosos de ti porque lograste salir adelante pero ¿cómo vas a avanzar si te quedas estancada en lo que hiciste antes?
—Lo siento —digo para que no se enoje pero en el fondo sigo pensando lo mismo.
—Deberías descansar un poco, es domingo y son las ocho de la mañana, nunca habías madrugado tanto —se burla de mi, ya que odio levantarme temprano.
—¿Estás loca? Lo único que quiero es conocer todo aquí, no perderé tiempo durmiendo.
—¿Quién eres y que le hiciste a mi Katie? —creo que hoy es el día de Bullying hacia Kate— Nunca has rechazado una siesta.
—Que graciosa —digo irónica—, me ducharé y saldré a caminar; te amo, saludos a papá y a los chicos.
—Cuídate mucho y no te olvides de desayunar, te amo.
Luego de contar la llamada me dirijo al baño para tomar una ducha antes de salir a pasear, me visto con una camiseta con tirantes y unos pantalones cortos ya que hoy hará calor. Tendré que acostumbrarme a este nuevo clima, ya que en mi ciudad predominaba el frío; era imposible que un día a esta hora saliera a la calle vestida como estoy pero ahora ya no estoy allí. Con mis gafas en la cabeza y mi pequeña cartera salgo de mi departamento, decido ir por las escaleras para hacer un poco de ejercicio y cuando llego al primer piso me dirijo a donde está Austin para preguntarle donde puedo conseguir un mapa de la ciudad, no me quiero perder en mi primer día aquí.
Llevo aproximadamente unas tres horas recorriendo y decido detenerme en una plaza a descansar, estoy exhausta. Voy caminando por el lugar y mirando el mapa que me dio Austin para ver mi próximo destino cuando sin darme cuenta me estrello contra algo o alguien, antes de poder reaccionar estoy de espalda en el suelo ¡Bien Kate, no llevas ni cinco horas en está ciudad y ya te caes!
—Lo siento, déjame ayudarte —el chico me tiende la mano para ayudar a levantarme pero yo no reacciono, solo me quedo observando esos ojos color esmeralda; un color que encontraba bastante familiar pero que no había visto en otra persona que no fuera el rubio que estaba frente a mi.
Voten y comenten por favor :3, tenía el capítulo escrito y no me aguanté a subirlo jaja espero les haya gustado :3
Hopito <3
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Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)
RomancePRIMER LIBRO SERIE SEMPITERNO, SPIN OFF VIDAS ROBADAS. Antes de conocer a Mía Hamilton, era casi imposible que sus vidas se juntaran ya que no tenían nada en común. Kate era una chica de una ciudad y familia pequeña; no tenía relación alguna con su...