El Fuego Arde Con Fuerza En La Noche.

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-¡Maldita sea, Jeff! -grite, mientras Jeff me quitaba la bala que tenia adentro de mi hombro.

Estoy boca abajo en una mesa. Jeff y yo entramos a una farmacia cerrada. Jeff forzó la entrada y logramos adentrarnos en ella antes de que la policía nos viera.

La bala no logró traspasar mi hombro, quedo ahí; entre hueso y carne. Jeff me la a estado sacando con unas pinzas y si que duele.

Solté un gruñido al sentir la pinza en mi carne.

-Aguanta, Luna -me ordena Jeff.- Ya casi, falta poco.

-¡Ah! -grite, cerrando los ojos- ¡Termina rápido!

-¡Deja de moverte!

Muerdo una toalla para evitar gritar.

-¡Ya está! -grita Jeff, sacando la pequeña bala que tenia adentrada en mi hombro.

Dejo de morder la toalla, suelto un gran suspiro y golpeo mi frente contra la madera de la mesa.

-Okey, ahora hay que vendar la herida -dice Jeff dejando todo lo que utilizó para sacarme la bala. Ahora agarra alcohol y unas vendas.- Esto te va arder.

Después de dos minutos de que Jeff me aplicará el alcohol en la herida y que me la vendara, mientras que yo gritaba de dolor, mordía la toalla y no dejaba de moverme. Ahora esta revisando mi pierna, que parece que se hubiera fracturado por la caída.

Mientras Jeff apretaba ciertas partes de mi pie, yo no dejaba de pensar y dar vueltas al mismo asunto:

-No pienso volver al hospital más lastimada de lo que ya estaba.

-No regresarás así -dice Jeff.- Estarás bien para el amanecer.

-¿Y no crees que notarán las vendas?

-Evitarás que alguien las vea.

-¿Y mi pierna?

Jeff duda unos segundos para luego responder normal, como si no pasará nada malo:

-Vas a estar bien. No tiene nada grave tu pierna, es cuestión de que te pongas a caminar y listo.

-Bien.

Después de unos minutos empiezo a caminar por la farmacia, doy vueltas y vueltas. Me caí al piso un par de veces pero después de un rato ya no dolía como antes y podía caminar mejor.

-Gracias -dije.

-¿De qué? -pregunta Jeff confundido.

-Por llamarme hija y preocuparte por mi -lo miro a los ojos- cuando el señor me disparo.

-Eres mi hija -juega con sus dedos.- Tengo que decirte así.

-Lo se pero... -me detengo para mirarlo bien.- A lo que me refiero es que realmente te preocupaste por mi, jamás creí eso de ti.

-Oh -exclama Jeff mirando al piso.- Gracias, supongo.

Sigue siendo cortante pero... Da igual! Es Jeff The Killer! Un asesino! ¿¡Qué rayos estoy esperando!?

-¿Ya estas bien? -pregunta de repente.

-¡Oh! ¡Si! -respondo.

-Bien, para irnos ya, son las 3:30 de la madrugada y aun nos faltan otras chicas.

-Esta bien. Vámonos.

Salimos de la farmacia para dirigirnos a la próxima casa de mi próxima víctima.

Esta chica se llama Mercedes.

<<¿Quien le pone a su hija nombre de auto?>> pensé.

La Hija De Jeff The KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora