La Hija De Jeff The Killer

Mamá Cabeza

-Antes de entrar y olvidar que esto paso -me detiene Jeff.- Hay que platicar.

-Cómo quieras -Digo sin más.

Hemos llegado al hospital, son las 5:00 a.m. Y estoy demasiado agotada.

Solo sigo a Jeff inconscientemente: sube unas escaleras y trepa por paredes hasta llegar al techo del hospital. El hospital es inmenso, tiene cuatro pisos y unos pasillos largos. Desde arriba se ve la ciudad completa.

La noche es iluminada por la luz de luna, las estrellas y las luces prendidas de la ciudad. El viento es fresco y frío. Todo huele a misterio.

Jeff se sienta en la orilla del techo y deja que los pies le cuelguen. Me coloco a un lado de él y hago lo mismo.

Me quito la máscara que esta empapada de mi sudor, y la dejo a un lado de mi. Con las palmas de mis manos aparto el sudor con cuidado; sin lastimar o tocar mis moretones y rasguños.

-Creo que te veías bien con la máscara puesta -Dice Jeff en un tono burlón.

-Eres muy bueno en la comedia - digo sarcásticamente y con desesperación.

-Gracias, malcriada. Dentro de unas horas no me volverás a ver hasta la siguiente noche.

Levanto mi mirada y observo la grande y brillante luna.

-Gracias -Digo sin pensar.

-¿Por qué?.- Pregunta Jeff confundido.

-Por todo esto y por preocuparte por mi.

Esta noche me hizo ver que tal vez Jeff realmente tiene instinto de padre. Quizá me equivoque. Quizá si sea parte de mi. Quizá deba darle una oportunidad.

-No hay de que -respondió Jeff.

-Nunca me dijiste que paso con mi mamá biológica -dije de repente. Recordando.

-Ah, si -dijo Jeff como si nada.- No creo que quieras saberlo.

-¿Por qué no? Después de esto ya nada me sorprende.

-De acuerdo -sonríe con esa línea sádica.- Después de que te muestre y cuente esto no quiero quejas, traiciones o discusiones del tema.

-De acuerdo -sonó más como pregunta.

Sin más Jeff empieza a contar lo sucedido:

-Después de que nacieras y te dejáramos con Martha y David, tú madre biológica y yo prácticamente no nos aguantabamos. Yo amenazaba con un día dejarla sola y largarme para siempre de su vida. Hasta que... -Jeff hizo una pausa y suspiro.- Un día todo se escapó de las manos, tú madre era muy buena para usar el cuchillo pero yo soy mejor -me miró y sonrió.- La casa en la que estábamos quedó llena de sangre, paredes, techo, escaleras, todo. La pelea duro horas pero al final... Todo se arreglo con un gran voto se silencio de tu madre.

Intento imaginar toda esa escena. ¿Me esta diciendo que la mató? Jeff es muy extremo.

-Y... - me aclaro la garganta.- ¿Y dónde está ahora?

Me mira y abre la boca pero no sale ni una palabra. La cierra y lleva su mano a su bolsillo, buscando algo.

-Aquí está.

Lo que estaba buscando lo saca al aire libre y me lo muestra. Ahogo un grito y abro los ojos como platos. Se me revuelve el estomago exigiendo que vomite. Creí que después de esta noche ya nada me sorprende, pero al ver la imagen que tengo enfrente creo que me equivoque.

Terror, eso es lo que siento.

Lo que cuelga de la mano de Jeff no es más que una cabeza decapitada, con la piel chupada y de un color extraño, la boca la tiene sellada con dos agujas grandes formando una X, los párpados los tiene caídos, tiene un rasguño en la mejilla con la costra seca. Jeff la sostiene del cabello.

Si esto antes era una mujer, ahora no es más que polvo y un cadáver.
-Luna, te presento a tu madre biológica.- Dice Jeff con toda calma del mundo.- Le reduci la cabeza después de decapirla para así poder llevarla conmigo a donde sea y cuando sea.

-¿Todo este tiempo la has traído contigo?.- Pregunto con cierto temor y horror.

-Sip.

-Ah. Se ve linda.- Digo fingiendo una sonrisa.

Después de ver la cabeza de mi madre supongo que podre dormir bien o tener pesadillas...