La Hija De Jeff The Killer

Regresaré

Jeff me despertó a las 4:00 am, desde entonces he estado guardando mis cosas en una mochila de viaje. Me levante, me bañe, y al igual que unos días antes de conocer a Jeff, limpie la humedad que había en mi espejo y me mire, con aquellas orejas grandes debajo de mis ojos. Me cambie de ropa, tendí mi cama. Lo hice todo, como si fuera un día cualquiera. Son las 5:00 am y todo lo hago a una lentitud inexplicable. Siento como si me fuera a ir y jamás volver.

Después de que salí del hospital ayer, Jeff y yo le contamos el plan que teníamos a mis padres, obviamente los dos no aceptaron mi decisión, sin embargo, al final comprendieron que todo lo hacia por Dylan y mi verdadera madre Lauty. Tal vez para ellos también fue la decisión más difícil que han tomado: dejarme ir.

Ya tenia la ropa necesaria doblada y metida en la mochila, algunas armas discretas, también metí la carta que me escribió mi mamá y la muñeca que me hizo. Todo resultaba doloroso, dejar mi casa, mi familia y mis amigos, dejar mi pasado, todo. Es como cellar por completo el hecho de que mi vida ya no volverá a ser la misma. Dejaré todo lo que alguna vez me hizo feliz.

Escuche pasos por las escaleras. Yo estaba por un lado de mi cama con la mochila sobre ella.

-¿Ya estas lista? -pregunta Jeff entrando por mi puerta.

-En un minuto -digo con la vista en la mochila.

Jeff se me acerca por detrás y me agarra por los hombros.

-Toma el tiempo que sea necesario -me dice, resulta extraño que Jeff se comporte compresivo conmigo.

-Hace un mes creí que mi vida era normal -digo con cierta nostalgia.- ¿Quién diría que la vida da un cambió muy drástico?

-Así de cruel es la vida -responde Jeff.

-¿Fue cruel para ti que yo naciera? -voltee a mirarlo y esperé la peor de las respuestas.

-No del todo -confiesa mirándome.- Fue cruel para mi perder a tu madre -No esperaba eso.- Este mundo, ésta vida, es muy cruel y no me queda de otra que permanecer solitario por todo lo que he hecho. Ella estuvo conmigo sabiendo la clase de bestia que soy... Y nunca le agradecí.

-¿La amabas? -pregunto.

Permaneció en silencio con la vista en la nada. A pesar de que poco a poco se esta abriendo a mi, sigue evitando el tema de los sentimientos. Es y siempre será una persona fría, tal vez en el pasado era diferente, tal vez le hicieron daño y es la razón por la que se convirtió en esa bestia. Sin embargo, no conozco del todo su pasado, sé poco por lo que he escuchado decir de Cara y sus amadas creepypastas. No tengo derecho del todo de criticar lo que es y por qué lo fue.

-¿Tú amas a Dylan? -me pregunta de repente. Y su pregunta me toma por sorpresa.

-Haría lo que fuera por él -respondo segura.- Si, lo amo.

Asiente con la cabeza, suspira y se aleja yendo al frente de mi cama.

-¿Qué te falta? -me pregunta.

-Despedirme -digo con un nudo en la garganta.

En eso, el cachorro Blaine se acerca a mis zapatos y los huele. Me agacho para agarrarlo, me lo pego en la cara y el perrito me lame la mejilla. Una idea se me vino a la mente y volteo a ver a Jeff con una sonrisa en el rostro. Él no capta mi intención, luego de unos segundos pone los ojos en blanco con un rostro de fastidio.

-No -me dice de manera seria.- No nos vamos a llevar al perro-rata.

-Andale -insisto.- Por favor...

-No -exclama.

Pongo cara de perrito triste. Jeff hace una mueca con su boca destruida. No falta mucho para que seda.