Dylan Y Luna, Un Amor De Locos.

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Me bañe para prepararme a ir a la escuela. Un baño tranquilo y algo largo.

Anoche que termine la primera parte de mi entrenamiento solo me dio tiempo para lavarme las manos y cambiarme de ropa a mi pijama, e ir después a dormir.

Apenas me doy cuenta que tengo ramas enredadas en mi cabello, junto con sangre pegada y seca.

Lo que más se me hace raro es que mis sueños fueron tranquilos y sin pesadillas. No soñé con estar degollado ardillas, tampoco me desperte en medio de la noche gritando por una mala pesadilla, nada de eso. En mis sueños solo aparecía Dylan repitiendo la simple frase "Te amo, Luna" y al desgraciado de Jeff diciendo que eso no es normal. Da igual.

Al salir del baño me seque y puse mi bata. Al estar cambiandome note que en la punta de mis zapatos había sangre impregnada. Los mire agachada como si fueran la cosa más interesante del planeta.

<< Esto no es normal >>

Agarre un trapo húmedo y quite como pude la sangre de mis zapatos.

Después de ya estar cambiada, tape mis cicatrices, rasguños y moretones que tengo en la cara con maquillaje que me prestó mi mamá, fue algo difícil porque no tenia muchos tonos como para mi piel pálida. Cuando termine de tapar mis imperfecciones me mire al espejo, en mi rostro desaparecieron los rastros de que alguna vez sufrí o más bien: me hicieron sufrir.

Use una camisa manga larga que me cubriera el pecho para que nadie notará la herida de bala de mi hombro. No pude hacer nada con la fractura de mi pierna, más que simular.

(...)

-¡Luna! -grita Cara al verme entrar al patio de la escuela. Corre hasta donde estoy yo y me recibe con un abrazo fuerte, correspondo rápido.- ¡Te extrañe tanto, pedazo de basura!

-Y yo a ti.- Dije casi sin respirar.

Dylan se encontraba a un lado de mi cargando mi mochila, se ofreció para llevársela y cómo negarme con una herida de bala y una pierna casi fracturada. También pasó por mi a mi casa; eso es lo que me gusta de él; amable, tierno y sin una pizca de maldad.

-¡No entiendo cómo puedes soportar al idiota de tu amigo gay!.- Exclama Cara aún abrazandome.- ¡Es insoportable!

No lo puedo ver pero supongo que Dylan no esta feliz ante los insultos de Cara. Ya los extrañaba.
Cara me suelta y me mira con una sonrisa de oreja en oreja. Pero es borrada, me mira fijamente entrecerrado los ojos.

-¿Es...? ¿Ese es maquillaje?

-Oh, si.- Exclamé.- Es para que nadie note que lo que me hicieron.

Su expresión se transformó en tristeza pero a la vez se le notaba la rabia.

-¿Fueron...? -Hablaba entre dientes.- ¿Fueron esas zorras?

Asenti con la cabeza.

-Me las van a pagar...

-Yo te ayudo.- Habló Dylan y las dos lo volteamos a ver.- Nadie puede tocar a nuestra Luna.

-¡Vaya! -Exclama Cara.- Me estas empezando a caer bien, niño.

Dylan sonrió de un lado y yo solo reí.

Al caminar por los pasillos de la escuela, me encuentro con nada más y nada menos con: el grupo al que le hice la venganza; todas las chicas van cabizbajas, mirando alguna parte del piso, en sus rostros se refleja lo sufrido y lo pesado de su alma. La líder, Rosa, se le nota más la tragedia en todo su ser. Son un conjunto de heridas, moretones, rasguños, quemaduras y otras cosas. En mi se llena una felicidad inexplicable y sin querer en mi rostro se forma una gran sonrisa; combinación de maldad y felicidad.

La Hija De Jeff The KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora