La Hija De Jeff The Killer

Sentencia De Muerte. Sentimientos Encontrados.

Mantengo vivo el último recuerdo que tengo de Dylan: sus ojos miel mirándome y llenos de esperanza, su cabello castallo, el tacto de su piel clara y suave, su voz diciéndome lo mucho que me quiere... Logro mantenerlo antes de que se esfume y tenga que regresar a la cruda y pesada realidad que estoy pasando justo ahora.

Entre en pánico después de la llamada, no sabia que hacer, se acumularon en mi corazón distintos sentimientos: odio, enojo, tristeza, preocupación y nostalgia. Fue Jeff quien me sacó del shock inicial. Tan rápido como pude, le pedí a Cara que si podía estar en su habitación para hacer una llamada tranquila, ella entendió y me dejó entrar, no le comente nada sobre la llamada de Peter y su amenaza, no quiero que Cara se dejé de divertir en su fiesta. Necesitaba un lugar donde poder pensar en paz. Jeff entró conmigo y una vez adentro de la habitación le mencione todo lo de la llamada, tenia ganas de llorar y mi voz se escuchaba cortada. No tuve más opción que llamarle a la madre de Dylan, ella al instante se alarmó y me dijo que llamaría a la policía, también se lo mencioné a mis padres quienes también ofrecieron su ayuda para la búsqueda. Decidí salirme de la fiesta e ir a la casa de Dylan, ahí mis papás y la mamá de Dylan estarán esperándome, mis papás se ofrecieron en pasar por mi pero les dije que no, después de todo llevo al asesino más buscado del mundo conmigo. Tuve que explicarle a Cara que yo iba a ir por Dylan a su casa (mentira), obviamente ella se molestó sin embargo al final me dejó ir.

Ahora mismo, estoy por la banqueta de las calles, caminando junto con Jeff. Hay mucho niños por las calles pidiendo dulces, en su propia burbuja nadie los molesta, para ellos nadie puede interrumpir las risas y las alegrías de tener dulces en sus cráneos, calabazas o calderos de plástico que llevan en las manos... Desearía volver a esa época en la que Halloween era una noche de diversión.

-¿Dylan lo es todo para ti? -Jeff interrumpe mis pensamientos.

-¿Qué? -volteo a verlo un poco atónita. Recupero la consciencia.

-¿Aprecias a Dylan? -lo dice tan sería mente.

-Si -respondo segura.- Conozco desde hace mucho tiempo a Dylan... Oye, es la primera vez que te escucho mencionar su nombre -reacciono ante la pregunta de Jeff.

-Es importante para ti, entonces intente recordar su nombre.

Me quedé sin palabras ante el cambio repentino de Jeff, sonaba sincero y se me ha hecho difícil escuchar cosas agradables saliendo de la boca de Jeff.

-¿Sabes? -vuelve a hablar.- No me puedo permitir demostrar sentimientos hacía otras personas... Me refiero a sentimientos positivos.

-Los asesinos son personas frías que no están cuerdos -dije lo más fríamente posible.- Es por eso que tú no te puedes enamorar o sentir cariño. Es por eso que se te hizo difícil abrirte ante mi.

Por fin lo veo con más claridad; Jeff y yo solemos chocar mucho en cuanto a personalidad, la razón por la que era tan... Raro conmigo, era porque intentaba ocultar lo inevitable.

-No sólo lo digo por eso -dice sorprendiéndome.- Hay muchas personas que quieren verme muerto. Si te involucró a ti correrías peligro, si alguien se entera de que eres mi hija, te pondrían en mi contra o algo mucho peor.

-Eso significa... ¿Tratas de protegerme? -hasta a mi me sorprende la teoría a la que llegue con las pocas palabras de Jeff.

-¿Apenas te das cuenta? -pregunta con un tono de burla.

-Mmm no pero siempre quería escuchar eso de ti -confieso.- Aunque fuera imposible o tomara tiempo. 

A lo lejos veo que un papá acompaña a su hijo disfrazado de fantasma a pedir dulces a una casa. Fue real la alegría del niño por recibir dulces y la sonrisa de su padre al ver contento a su hijo. Así me sucedió a mi cuando era niña, mis papás me acompañaban a ir por dulces, esos deliciosos dulces.