No Soy Un Héroe

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Una suave caricia en mi mejilla es la que me despierta y despeja el oscuro fondo.

Mis párpados pesan pero logro abrirlos. Lo primero que mi vista capta es un techo café chocolate. En mi nariz penetra un olor a alcohol. Tomo un gran bocado de aire y la suelto. Aún siento las caricias en mi mejilla, con mi vista veo los dedos que me acarician y sigo el camino; mano, codo, brazo, sigo y sigo, hasta encontrarme con el rostro golpeado de Dylan.

Forma una línea curvada hacia arriba con sus labios al conectar sus ojos con los míos.

-Hola -me saluda en voz baja.

-Dylan... Lo siento.- Me siento débil, hasta para hablar me siento débil.

Quita sus dedos de mi mejilla, al apartarlos noto que tienen algo en la punta, como alcohol o algo para curar heridas.

-¿Por qué? -pregunta.

-Porque no pude hacer mas -digo al recordar la escena donde Peter y sus amigos golpeaban a Dylan.

-Hiciste algo mejor -dice Dylan:- Protegerme.

Mis ojos se cristalizan. Dylan acaricia mi frente y me tranquiliza.

-¿Dónde estamos? -pregunto al notar que estoy acostada en un sillón. Dylan suelta unas risitas, solo quedo mas confundida- ¿Qué?

-¿No lo reconoces? - pregunta aun riendo.- Es tu casa, Luna.

Giro mi vista para ver mas allá y efectivamente; estoy en mi casa, reconozco mi casa. Estoy acostada en el sillón de la sala de estar y Dylan esta sentado en el piso a un lado de mi.

-Oh... No lo note -Sonreí.- ¿Qué pasó después de la cafetería?

-Oh... -aparto su vista a otro lado, como si estuviera buscando una respuesta.- Los policías llegaron... Y los separaron y todo eso.

-... Okey.- Sonó mas como pregunta. No quería preguntar más, me sentía mal y algo mareada.

Dylan acaricia con su mano cada parte de mi piel del rostro, pasa con delicadeza sus dedos causando pequeñas cosquillas. Son caricias suaves, tiernas y cálidas. Siento un cierto cosquilleo en mi pecho y en mi cuerpo se recorre una oleada de calor. Suspiro.

-Te amo, Luna -dice Dylan en voz baja, con un toque de... ¿magia?

-Y yo a...

-¿¡Qué mierd...!? -nos interrumpe esa típica voz que conozco muy bien. Dylan cierra los ojos con fastidio y aprieta los labios.- ¡Solo te dejó un minuto a solas y ya te la quieres follar!

Giro mi cabeza para ver a Cara mientras se acerca a nosotros, y se para a un lado de Dylan.

Es inevitable no reír al ver el rostro de Dylan casi a explotar.

-No me la quería follar -dice Dylan con fastidio reflejado en su voz.

-Eso dicen todos y luego ellas quedan embarazadas -Cara ríe ante su propio chiste.- ¿Estas bien, amiga? -me pregunta.

-Mejor -Sonrío.

-Que bueno que despertaste -dice Cara.- Tu amigo es un gran fastidio.

Dylan rodea los ojos y yo río

Ellos. Ellos son los que me ayudan a levantarme cada día para seguir siendo lo que ahora soy. Jamás podre vivir sin ellos. No me imagino una vida así.

(...)

Son las 10:15 p.m. Y decidí salir a caminar por el bosque oscuro y solidario... Bueno... No tan solitario.

La Hija De Jeff The KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora