Epílogo.

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Punto de vista de Dylan.

Viernes 4 de Noviembre del 2015
7:31 am.

Me levante con dificultad de mi cama como todos los días. Arregle las  sabanas, mientras que el sudor recorría mi cuerpo. No he dormido en días, siempre estoy cansado, me siento más débil que otras veces. Es como si mi alma me pesara. En estos días he dormido en ropa interior, el calor y sudor son insoportables, resulta raro porque es tiempo de clima frío. Me vestí para salir a tomar aire; unos jeans negros, camisa blanca y una chaqueta negra de piel. Mis padres no están, salieron a trabajar. Les dije que hoy no tenia ganas de ir a la escuela. Salí de mi casa y me preparé para caminar.

Ha pasado una semana desde que se fue Luna, desde entonces me he sentido deprimido. No es sólo la oscuridad que llevo dentro, es también el dolor y vacío que dejó Luna cuando se fue. Es como si estuvieran a travesando un cuchillo a mi corazón, el dolor es cada vez más insoportable. Grito y lloro por las noches, hasta que la garganta me duela y mis ojos estén extremadamente mojados y rojos. Es una pesadilla de la cual no puedo salir.

Pasé por enfrente de la casa de los padres de Luna, me detuve y mire por la puerta.

<< Luna...
Espero que estés bien haya donde te encuentres.
Desde que te fuiste vengo todas las mañanas de día de escuela a tu casa, y recuerdo cuando pasaba por ti para irnos juntos. Sigo esperando que salgas por esa puerta. Tus padres están bien, algunas veces vengo por las tardes a comer con ellos, me reciben tan bien. Dos días después de que te fuiste tu madre se enteró de que tenia un mes de embarazo ¿Qué te parece? Tendrás un hermanito o hermanita. Ojalá lo supieras. >> Seguí mi camino, sus padres seguro aún no se han despertado. << Cara te extraña, sigue sin entender por qué te fuiste y por obvias razones no le pude dar explicaciones. Ha dejado de hablar de sus creepypastas. No la veo mucho, la mayoría del tiempo se la pasa en el teatro con sus compañeros. A pesar de que se ve bien, ella busca distracciones para no pensar en que tú ya no estás... A diferencia de mi. >> Me adentro al bosque, recorriendo el camino por el que paso Luna y su supuesto padre.

Los arboles me miraban amenazadores, las hojas se escuchan moverse y chocar entre si, sentí el aire frío que pegaba a mi cuerpo, el problema es que no siento esa ráfaga de frío, el sudor sigue bajando.

Me siento tan solo, tan vacío, tan roto. Las 20 horas del día me la paso imaginando el regreso de Luna, las demás horas sueño con ella, y en mis pesadillas siempre la pierdo en una nube negra de humo, es como si me arrancará lo único por lo que vivo. Poco a poco la locura me consume. Los segundos se han vuelto horas, los minutos días, y las horas semanas. Todo se ha vuelto más aburrido, sin sentido. Hay muchos rumores en la escuela de mi, de Peter y de Luna. Escucho por los pasillos como susurran a mi espalda y me señalan como si fuera un animal que nunca hubieran visto antes. Muy pocas personas me dirigen la palabra, creen que yo maté a Peter, y que Luna huyó para evitar decir la verdad. Hay rumores mucho más peores que otros: que Luna fue violada, que la mataron o que se suicidó, que yo estoy loco y sufrí un trauma. Lo que menos quiero ahora es que me excluyan.

Camino lentamente haciendo ruido al pisar las hojas secas. La neblina está muy alta, no veo a lo lejos ni veo lo que había tras de mi.  Me detuve justo en donde me despedí de Luna. De pronto, empecé a sentir dolor en la espalda, unos puntitos negros se apoderaron de la orilla de mi visión, y sentí nauseas. 

-Otra vez no... -me susurro a mi mismo.- ... Por favor.

En eso, un gran dolor se apodera de mi pecho, oprimiendo mi corazón y parte de mis órganos internos. Caigo de rodillas contra la tierra y las hojas. Doblo mi cuerpo llevando mis manos a mi pecho. Un grito se crea en mi estomago, cruza la garganta y sale por mi boca. El dolor se hace mas y mas fuerte a cada paso. Los cuchillos imaginarios perforan mi carne lentamente, así es como se siente,  me arden las venas y una soga invisible aprieta mi cuello. Mis ojos quieren salir de sus órbitas. Me falta aire. Un raro humo color negro sale por mi boca y vuelve a meterse por los agujeros de mi nariz. Esto me sucede a diario, es inoportuno, no tengo idea de cuando o a que hora desea manifestarse.  

-Luna... -La llamo mientras mis lágrimas ruedan por mis mejillas.- Luna... Te necesito... -Mire al frente, justo por donde mire a Luna irse.

Mi mente se ha vuelto engañosa; veo la figura de Luna acercándose a mi, veo su rostro que me sonríe y su cuerpo tan perfecto. ¡Dios! es tan bella, Por un momento todos mis sentidos se relajan, y por un minúsculo segundo el dolor se va. Sin embargo, no es para siempre la felicidad. Luna desaparece en un abrir y cerrar de ojos...

-¿Luna? -la llamo. El dolor regresa a mi.- ¿¡ Dónde estás, Luna!? -grito a todo pulmón. 

Suelto en llanto mientras que el dolor se hace mas fuerte e intenso. De un lado me acuesto en la tierra, sigo doblandome ante el dolor. Llevo mis manos a mi cabeza sintiendo varios piquetes en mi cabeza. Gruño.

Después de 30 minutos largos, el dolor se va alejando, mis musculosos se relajan, sin embargo, se quedaron las heridas internas, mi energía de pronto desaparece y me deja con un trauma. Seguí acostado en la tierra con un gran ardor de garganta y con un corazón prisionero del sufrimiento. Tarde en regular mi respiración, por lo tanto, mi mente permanecía en blanco. 

-¿Dónde estás? -pregunte sin querer cuando Luna invadió nuevamente mi mente.

-Aquí estoy, chico lindo.

Abrí los ojos como plato y mi corazón se paralizo al escuchar esa voz femenina. Me levante de la tierra de un brinco alerta y buscando con la vista de donde proviene esa voz. No era la voz de Luna, era una voz femenina que no conocía, se escuchaba tan calmada y seductora. De pronto, se escucharon unas risas traviesas. Gire mi cabeza a todos lado como histérico. 

-¿Quién está ahí? -pregunte. Se vuelven a escuchar esas risas.- ¿Luna?

En eso, una figura femenina sale de detrás de un árbol, la miro fijamente. No es Luna. Esta mujer lleva un vestido corto y negro dejando al visto sus piernas y brazos de un tono claro, cabello negro, sus ojos no se ven bien y parece como si llevara una mascara blanca a la medida de su rostro, como esas mascaras que se pegan a la piel. 

-¿Quién eres? -pregunte con la voz mas firme y segura.

-No importa quién soy o de dónde vengo -con dificultad se le forma una sonrisa.- Soy la persona que cambiara tu vida

-¿De qué mierda me hablas? -debo confesar que esta chica da miedo.

-Soy la psicópata y vengadora mas bonita que haya existido .-Da tres pasos hacia enfrente.- Yo soy Jane... Jane The Killer.

Fin del primer libro


*** Si quieres segunda temporada sigue leyendo la siguiente pagina :3 ***

La Hija De Jeff The KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora