Necesito descansar. Eso es lo que necesito. No sé por qué mierda me preocupo tanto por ella. Es que no es que tenga el cuerpo mas espectacular de todos. Pero me llama la atención. Demasiado.
Dos días. Dos putos días.
Si no hubiese sido por la estúpida de Rose, al menos la hubiese convencido en algo. Pero no, tubo que dañar el jodido beso. Pero que beso ¡Padre!
Todo en ella es bueno. Saben demasiado buen sus labios. Realmente no tiene los labios muy pequeños ni muy grandes. Sin simplemente perfectos. Podrías besarla todo el tiempo.
Y el cuerpo. Aunque he visto demasiados. Podría jurar que el de ella es hermoso. Puede que no sea el de una modelo. Pero su piel es tan suave. Que acariciarla se volvería una adicción. No solo para mi. Sino para cualquiera que lo llegase a hacer.
Pero joder que nunca he querido sentir algo así, solo a... olvídenlo. Pero si algún imbécil la llega a topar con un sólo dedo con intenciones menos que de amistad, le rompería el rostro hasta que sangre por todos lados. Y no es que sea posesivo...
Pero joder, la cagué. La he cagado y es demasiado. Quizás solo quiera sexo con ella por diversión. Pero no lo creo. Además de que nunca he rogado tantos en mi vida. Nunca.
Pero es obvio, soy Nicholas Smith. Nadie nunca me ha rechazado. Nadie. Y que ella en particular lo haga, no me agrada.
Con todas las mujeres con las que he estado y nunca me había sentido así antes. Realmente no sé que hacer para que vuelva... Quizás mirar su currículum y adivinar donde vive para luego buscar toda la información de ella que pueda para regalarle detalles caros.
Así se convence a una mujer...
¡Es que por qué no lo pensé antes!
Así, por supuesto. Es que no he tenido tiempo para pensar en volverla a tenerla, o al menos no cómo, sino pensando en lo que hubiésemos pasado si no me ve con aquella mujer en el hotel.
Pero eso es lo que voy a hacer.... la voy a recuperar fuere lo que fuere.
Una sonrisa tonta se engancha en mis labios al pensar en volver a tenerla por lo que hace que un socio que tengo frente me mire. Bueno... mi padre.
- ¿Hijo, que te sucede? Estas muy pensativo últimamente. ¿Es por una mujer?
- Tal parece ser que me conoce lo bastante como para saber eso. Sí, estoy pensando en una mujer.
- Hijo, ¿Cuándo vas a dejar de ser así de mujeriego? Es decir, se perfectamente que lo que pasó hace tiempo te tuvo que haber dolido, pero solo ella tiene la culpa. No las demás mujeres del mundo como para que juegues con ellas. Además de que las mujeres son sentimentales. Tu madre está preocupada por la simpleza de que no tienes a una mujer en especial. Todas son presas fáciles par un cazador. Nadie en especial. Y eso me comienza a molestar, hijo.
- No creo poder volver a amar, papá. No lo sé. No puedo volver a eso. Y no me importa que no sean todas las mujeres iguales pero realmente necesito esto. Las mujeres son un caso serio papá. Ninguna tiene corazón en realidad. Excepto por mamá, por supuesto.
- Pero... puedes tratar de ver a alguien más que solo como una prostituta cualquiera. Debe importarte alguien. Sabes que no me entrometo en tus cosas... pero esto vale la pena.
- Papá, hay una chica. Una mujer... es que no lo se descifrar.... es que es... - noté como a mi padre se le hacia una sonrisa en los labios - nunca he sentido algo así. Bueno... si lo he hecho pero eso no vale ya ¿no? El punto es que... es... no sé explicarlo...
- Es lo que crees extremadamente hermosa. Te gusta su cercanía, hablar con ella, te gustan sus labios si los has provado, su cuerpo si también lo has hecho y te fascina todo de ella en general.
- Su cuerpo... no lo sé. Nunca he podido.
- Cuándo me vas a presentar a aquella mujer. Ya era tiempo.
- Es que la he cagado papá. Me vio con otra mujer y se enojó mucho. - dije haciendo que papá de un suspiro de decepción.
- Hijo, si sigues así, ni esa mujer ni cualquier otra va a querer acercarse a ti para mas que sólo sexo por diversión.
- Lo sé papá, pero es que el día anterior nos habíamos besado y luego dijo que no podía, entonces se me entro algo a la cabeza ¿Y si la hago enojar de los celos? Si no se enojaba, no le importo. Pero si lo hacia... sí. Pero resulta que fue peor porque sabia que si podía hacerla enojar pero jamás me detuve a pensar en las consecuencias que vendrían luego. Perderla. Pero total que ya no sé qué hacer. Estaba pensando en enviarle regalos costosos. Así es como pude estar con Brithney aquella vez.
- Y por los tantos gustos que le dabas, por eso pasó lo que pasó.
- Lo sé pero no importa. Quiero tener a esa mujer para mí y para nadie más. Quizás diremos un mes completo. No lo sé... no la quiero ver con un estúpido sabiendo que puede estar conmigo. Eso nunca...
