Cap. 51

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Giro en la cama y me quedo allí un rato. No estoy cómoda. Vuelvo a girar pero tampoco.

I just want you clooseeee
Where you can stay foreveeeer
You can be sureeeeeeee
That it will only geeeet betteeer

Maldito sea el hombre que hizo la alarma. Maldito el día que comencé a odiar a Alicia Keys por su canción que ahora es mi alarma. Al menos es electrónico.

Vuelvo a girar y está vez sí abro los ojos. Miro hasta el clóset y me quedo pensando en lo que pasó ayer. Suspiro porque sé que esto es algo anormal. Papá llegó y aunque no iba a ir aún así, no creo que sea lo mejor ir a ese lugar con ellos.

No es como si me avergonzara pero sé que Bastian comenzará a hablar de más y no quiero eso. No quiero que mi padre sepa que me he besado con mi jefe. No, no quiero.

Unos minutos allí pensando y de vuelta a la realidad. Maldición ¿Cómo es que supieron donde vivía? Bueno, creo que el historial es mágico. Agh.

Me levanto de la cama pero sigo con la mirada perdida en algún lugar. Necesito ducharme y estoy en modo zombie. Me quito la ropa y cuando estoy a punto de entrar nuevamente llaman a la puerta.

¡Joder, que necesito espacio para bañarme!
A regañadientes me dirijo hasta la puerta principal y ma quedo de palo. Esta vez está solo, sin su hermano. Está enfrente de mí, en mi departamento mientras yo estoy sola y casi desnuda y está bajando su mirada hasta mía senos. Creo que piensa que soy un tipo de nudista o algo para estar así siempre.

Maldita sea. Se ve hermoso en ese maldito traje.

- Yo

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- Yo... ¿Qué... Qué hace aquí?

- Yo vine a hablar con usted. Hoy es la gala y sinceramente necesito...

Frunzo el ceño y le interrumpo. Esperen, creo que debe de buscar mejores excusas si viene a mi casa así como así sabiendo que...

- No tiene razón, estaré allá en la oficina en aproximadamente una hora, no entiendo qué hace aquí. Sinceramente, no sé siquiera qué hace aquí, en mi departamento.

Su mandíbula se aprieta y su cuerpo se tensa. ¿Qué? Yo sólo he dicho la verdad nada malo.

- Estoy aquí para hacerle saber que hoy no es día laborable. Sólo eso. Espero que disfrute de su día con su familia y...-.

- ¿Cariño? ¿Quien es este hombre? -la viz de mi hermano hace acción y quiero morir de risa por la expresión de mi jefe - Cariño responde. Además ¿Qué haces así? Estas casi desnuda y la única persona que puede verte sin ropa, soy yo.

- ¿Perdón? -habla al fin mi jefe saliendo de su trance. Su rostro es todo un poema. Sólo hay que verlo -.

Sinceramente necesito comprar una cámara para captar momentos vergonzosos de otras personas como esto.

- Oh, no te preocupes, osito, que él sólo es mi jefe. Incluso sólo vino a decirme que hoy no era un día laborable ¿Cierto? -le miré y él seguía apretando la mandíbula, ahora peor que antes. - Bueno, él ya se iba.

- Qué bueno, porque si no hay trabajo para ti y tu padre vino ayer como me contaste, le podemos pedir ya el permiso para que tengas un bebé. ¿No? Así que hoy no te levantas de la cama -me da una mirada pícara que Christian logra captar y casi exploto en una carcajada pero me contengo -.

Observo la expresión de Christian y sé que está enojado. O, tal vez, sólo tal vez, algo decepcionado. Me fijo que no los he presentado y creo que es el momento idóneo. Carraspeo llamando la atención de ambos.

- Ammm... Bueno, no los he presentado. Cariño, éste es Christian Evans, mi jefe y Se. Evans, éste es mi.... Novio....

- Ya entendió cariño -dice mi hermano ahora tomándome de la cintura para atraerme hasta él para luego tenderle una mano a mi jefe que le mira con el ceño fruncido. -Bueno, señor, déjeme decirle que espero que mañana le dé el día libre a mi novia porque creerme que un bebé no es de una sola ¿eh? Dudo que mañana vaya porque seguro no se puede ni levantar. Y menos sentarse y...

- ¡Osito! Creo que el señor Evans ya entendió ¿Vale? -me sonrojo y volteo para esconder mi rostro en el cuello de mi hermano. Supongo que eso hacen las chicas cuando tienen su novio. Digo, cuando éstos los avergüenzan ¿No? -.

- Bueno, sólo aviso porque sé que tú no puedes con decir este tipo de cosas pero está bien. Para la próxima tú lo dices ¿Eh?

- Sí

- Bueno, señor Evans un gusto. Pero debe irse. No creo que se agradable oír a...

- Ehhh. Sí, por supuesto. Mmmmm. Con permiso.

Le sonreímos y vemos cómo se va de aquí. Esperamos a que se vaya por el ascensor y luego comenzamos a reír como focas retrasadas. ¡Dios! ¡Esa estuvo buena!

- En... Serio... ¿Viste... Su rostro....? Estaba... Fuera de... Lugar... -escucho a mi hermano decir por sobre las carcajadas -.

- ¡Lo sé! ¡Es que en serio nos pasamos! ¡Dios!

- Pobre individuo. ¿En serio no había día lavorable? Porque si no, vamos con papá realmente a salir. Que es que ya me tenía cansado con eso de que quiere ver a su niña hermosa.

- Ya te dije que eres adoptado y luego salí yo de milagro...

Ambos dejamos de sonreír porque sabemos que yo soy una especie de milagro. Sólo que mamá no está. Suspiro y asiento.

- Ammm. Debo ducharme y luego te cuento todo ¿Vale? Ammm... -hago unas señales un poco extrañas y suspiro otra vez -. Sí -suspiro otra vez y luego me dirijo a la ducha, en el baño. Hoy será un largo día -.

Estoy segura que hoy sí había trabajo en la empresa. Pero bueno, no importa.

Maldito Jefe © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora