Cap. 48

6.7K 353 97
                                        

Estoy sentada frente al ordenador, esperando que mi maldito jefe aparezca y que se digne a darme el dinero del café que le compro siempre. Sinceramente, no espero mucho de él, es decir, nos hemos besado. Seguro e intenta que yo salga de esta empresa a como dé lugar. Pero me da igual.

Escucho unos pasos y estoy segura que es Bastian. Christian, no suena los zapatos así. No lo sé, es que uno aprende cómo camina cada uno y como suena el piso cuando cada uno camina hacia acá.

- Buen día, Alexia.

- Buen día... -suspiré y seguí con lo mío -.

-Bueno, sólo quería invitarte a timar un café luego de salir de aquí.

Dejé lo que estaba haciendo para mirarlo a los ojos. ¿Es idiota o se hace? Suspiro y le miro. Seamos sinceros, cualquiera querría una cita con él. Pero me da lo mismo. La verdad es que no quiero verle. No por mucho tiempo. Es decir, es algo... Irritante. Ya saben, odio todo esa mierda que hacen los idiotas que no saben qué hacer con su vida y lo único que hacen es molestar a otros.

Definitivamente, no. Ni loca.

Justo cuando abro la boca para responderle, se escucha un falso carraspeo que llama nuestra atención. Es su hermano. Eso me pasa por estar quedándome como idiota metida en mis pensamientos.

- ¿Qué te trae por aquí, hermanito? Necesito que por favor dejes de molestar a mi secretaria. Para algo se le paga a la tuya. Y no hablo de que se te abra de piernas cuando tú quieras. Si ya has terminado con lo que sea que estabas pidiéndole a mi secretaria, puedes retirarte.

Ni siquiera le dio tiempo a su hermano a hablar, porque ya estaba tomando el café que he comprado para él. Pero no se movió cuando lo tomó, se quedó esperando que su hermano se fuese. A regañadientes, éste se fue a su lugar de trabajo, como debe de ser.

- ¿Puedo saber la propuesta que le ha dado mi hermano? -pregunta enmarcando una de sus pobladas cejas -.

- Lo lamento, señor, pero es personal.

Él apretó la mandíbula y me miró fijamente. Yo hice lo mismo, pero l ver que parecía que se quedaría así toda la mañana, decidí volver mi atención hacia el ordenador.

Escucho como comienza a caminar y suspiro. Al menos me dejará trabajar en paz. Pero cuando iba a entrar a su oficina, se detuvo, aún con la manija entre las manos.

- Cualquier propuesta que le haya hecho, estoy dispuesto a pagar el doble.

Y con esto, se encerró en su oficina, dejándome completamente fuera de mí. No entendí nada. ¿Qué era lo que él quería? ¿De qué hablaba? Pero fue ahí cuando me di cuenta, estaba hablando de sexo. O eso pensé yo. Lo que fuere, lo dejé fuera de mi mente por un buen rato. Necesitaba concentración para lo de la gala.

~*~

La gala es en dos días y realmente esperábamos que fuese en más tiempo. Es decir, tenemos que descansar en algún momento. Pero esos no son los planes de mi jefe.

Comienzo a hacer algunos llamados para el festín y termino casi explotada para la hora del almuerzo. Cierro el ordenador y decido por irme.

Me levanto tomando mis cosas. Respiro hondo y comienzo a caminar. Escucho cómo la puerta de la oficina de Christian se abre seguido de cerrarla y luego, unos pasos algo apresurados.

Me tenso y detengo inmediatamente. Escucho como los pasos se hacen menos apresurados a medida que avanza y llega hasta mí.

- Necesito que vaya a una cena de negocios conmigo hoy.

- Hoy no hay ninguna cena de negocios preparada para hoy, señor. He revisado su agenda y sólo hay un par de reuniones. Aparte de que no es mi jornada laboral en ese momento.

- Tiene planes hoy ¿no es así? Porque si es así, está bien. Si no tiene nada que hacer, puede venir a acompañarme y le pagaré por ello.

- ¿Cree que me interesa? -le digo con molestia entrando al ascensor. Maldito ascensor. Suspiro. - Bien, si decido ir a su cena de negocios, ¿Me dirá la empresa para saber las cosas que debo aprender para poder estar preparada? Es decir, para poder tener el control de la situación.

- No -dice y le miró sorprendida. Es falso, no entiendo lo que pretende pero sé que una cena de negocios no es. Tiene la mandíbula apretada. -no le voy a decir la presa. Usted elige si va o no. No es como si le vaya a rogar.

Jadeo y le miré con los ojos y apreté los labios. Él lo dijo. No me va a rogar y yo no voy a ceder. Agh.

El ascensor baja a la primera planta y salgo rápidamente. Ya comenzaba a asfixiarme con las personas que entraban en cada piso.

Fui hasta una cafetería, donde compro los cafés, y allí comí algo mienoras entraba a mi perfil. Necesitaba actualizarme y ni lo había hecho últimamente.

No hay nada interesante, en realidad.

Cuando termino, regreso al edificio donde me dirijo nuevamente a la oficina de Christian. Necesito unos papeles para poder descansar. Ya casi termino todo lo que necesitamos para la gala. Bueno, al menos en estos días hemos hecho muchas cosas. Lo bueno es que es más fácil que trabaje en una empresa tan reconocida como ésta y así se nos pone las cosas más fáciles para poder buscar un lugar para la gala.

Sí, creo que el dinero lo compra todo, señores.

Comienzo a buscarlo por todo el escritorio y no lo encuentro. De repente, entre todos los papeles se cae una foto. La recojo y Frunzo el ceño.

Es una niña. Una niña rubia y no sé si es su hija. Me la quedó mirando. Es hermosa...

- ¿Qué hace rebuscando en mis cosas? -la voz dura estridente hace que la foto caigan de mis manos. Le miro con los ojos bien abiertos y me muerdo el labio inconscientemente -¿No me va a decir qué es lo que hace en este lugar, buscando entre mis cosas?

- Yi...Yo... -tomo una gran bocanada de aire -Estaba buscando una... U-unos... Unos papeles para la gala y...

- ¡No vuelva a entrar a mi oficina sin mi permiso! Ahora vayase de aquí.

- A-amm... Sí -tragi saliva -con permiso.

A paso rápido camino hasta él y le esquivo pasando por su lado sin siquiera rozarlo. Salgo y cierro la puerta. Me permito jadear.

Maldición. Necesito aire fresco. Camino hasta el tocador y me permito respirar mientras me veo en el espejo.

¿Qué ha sido eso?

Hola, chicos. Espero que esto les haya agradado. Les quiero mucho. Ya ven que mi mami hermosa me ha dejado el cel. -porque nunca han comprado el mío - y entonces he decidido molestarlos un poco y pues, aquí estoy molestando. Jajajá

¿Qué es lo que creen que pasará ahora?
¿Quién es la niña?

Por cierto. Se llama Kristina Pimenova. Es hermosa.

Esta es la primera parte, la segunda parte del cap la publicaré luego. Quizá el fin de semana. Será narrado por Christian, creo. No es seguro.

Bueno, quería decirles que voy a subir dos caps por fin de semana. Ya saben. Bueno, si se me es posible. Y si puedo, también si puedo alguna vez en la semana, lo haré. Se los prometo.

Bueno, nos vemos.

Otra cosa. ¿De qué países son? Yo soy de República Dominicana. ¿Hay alguien que también sea de aquí? Diganlo, repórtense.

Besos psicológicos.

Pasen por la nueva novela. Desde que termine esta es la que seguirá. Jajajá

Maldito Jefe © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora