Los golpes en la puerta me despiertan. Parece que hoy es el día de la violencia hacia la puerta porque...¡Joder!
Me levanto sin siquiera mirarme en el espejo. Sé que soy un desastre. Eso no lo tengo que ver para saberlo. Camino hasta el living y un bostezo sale de mi boca mientras tanto la puerta. Cuando lo hago, otro llega y saludo en medio del bostezo a Astrid. Pobre, si tengo mal aliento, tendrá pesadillas por diez años con ello.- Uhhh... Hola.
- Hola, lo lamento. Acabas de despertarme. Lo mínimo que puedes hacer es recibir un bostezo de mi parte sin rechistar. -le miro con una ceja arcada.
- Bueno, como sea. Tengo que hablar contigo. Urgentemente. -dice en tono serio.
- Vale, pero primero.... -no llego a hablar ya que mi estómago ruge como León -Bueno, eso sigue a mi frase. Como sea. Ven, tengo que comer algo, he dormido el día entero.
- No, tenemos que hablar, Alexia.
- Sí, pero primero...
- ¡¡Se murió la hermana del jefe!!
Mis palabras quedan atrabancadas en mi boca, sin poder salir. Él, él...
- ¿Qué? -suena como un susurro tembloroso mientras la miro, en shock
- Sí, se ha muerto hoy en la mañana. No tengo bien los detalles, ya sabes que no hablo con nadie más que tú. Pero sí sé que se murió y que ellos están haciendo trámites para el funeral y eso. Realmente me conmocioné cuando vi que Bastian salía huyendo con lágrimas en los ojos. Creo que ellos esperaban que ella muera pero no de esa manera. Creo que para todos fue... Impactante.
Ella sigue hablando pero no escucho nada. Es que ni sé por qué me preocupo tanto, si no puedo siquiera mirar a los ojos a Christian después de que me fui y lo dejé. ¿Y si me necesitó?
Claro, porque eres indispensable para él ¿Que no?
Callate conciencia. Dejame vivir en paz conmigo misma
Respiro profundamente y salgo corriendo hasta la habitación. El hambre y sueño se me han quitado. Creo que es lo menos que mi cuerpo puede hacer.
Me visto rápidamente y cuando tengo ropa media decente, salgo, dejando estupefacta a Astrid en el living. Pero no me importa. Tomo un taxi urgente y me dirijo a la empresa. Cuando llego, nadie está en su lugar de trabajo. Subo a la planta que me toca y camino hasta mi lugar de trabajo, pasando el de Astrid y el de Bastian.
Cuando llego, dejo la cartera al lado del ordenador y entró sin pedir permiso a la oficina de mi jefe.
Todo está vacío. Como si la última vez que estuve allí no hubiese sido el día en que perdí mi virginidad. Como si la última vez que viene aquí, no hubo pasión. Como si...
Mi respiración se descontrola y comienzo a hiperventilar y no tengo idea del por qué. Comienzo a sudar frío. ¿Qué pasará ahora conmigo? ¿Qué pasará ahora con el nosotros? ¿Qué pasará ahora con todo lo que creí que saldría bien?
Debí casarme antes de perder la virginidad. Ahora todo está perdido. No sé qué hacer. A mi hermano no le puedo contar nada. Sólo necesito salir de aquí. Quizá en dos semanas, sólo para disfrutar un poco más de esto antes de irme. O en una semana. Quizá.
No sé qué va a ser de mi vida y no lo quiero averiguar por ahora.
Una lágrima se escapa de mis ojos y las parpadeo, mirando a mi alrededor. Una sonrisa triste se me escapa un sollozo escapa de mí.
¿Cómo me sentiría yo si se muriera mi hermano?
Christian Evans
S
algo de la casa en busca de un bar. Necesito unos tragos para analizar lo que me está pasando con esta mujer. No entiendo realmente lo que me pasa pero no importa. Quiero tener a esa mujer conmigo.
Miro el reloj de mi móvil y me doy cuenta que ya han pasado tres horas desde que me fui, y algo más.
Cuando regreso a casa, me encuentro al portero, diciendo que estacione el auto antes de entrar por la verja. Extrañado, y frunciendo el ceño, lo miro y dejo que hable.
- Señor, una señorita salió de la casa. Era sospechosa y pidió prestado dinero diciendo que usted lo pagaría. Se ha ido a eso de dos horas.
Mi mandíbula se tensa y le digo al portero que se aparte, entro en la casa y estaciono mal pero eso es lo de menos ahora mismo.
Cuando entro a la casa y me dirijo a la habitación donde la dejé, no está y me vuelvo loco. Comienzo a estrellar todo lo que hay a mi paso y mi respiración está alterada.
Ella me dejó. Ella me dejó. Ella me dejó. Ella me dejó. Esa frase se repite en mi cabeza una y otra vez volviéndome loco.
Sin saber de qué manera, supongo que el Wiskey que bebí hizo su efecto, me duermo. Cuando despierto ya es de mañana y tengo dolor de cabeza. La poca cosa que no rompí ayer, la rompo hoy. Estando más consciente de las cosas.
Cuando estoy calmado, busco más Wiskey y comienzo a beber como loco. ¿Y si voy a su casa y la sorprendo y ahí tenemos sexo y... ? No, ¿Y si me echa de su casa antes o después?
Agh, no importa, voy a intentarlo al menos.
Me dirijo hasta el auto y comienzo a conducir por las calles mientras trato de no perder el control de auto con la borrachera que llevo encima.
Cuando estoy a dos calles de la casa de Alexia, recibo una llamada de ... No veo bien. Enfoco la vista y veo que es mi hermano, Bastian. Él muy pocas veces llama a mi móvil así. Siempre llama a mi casa. Quizá esto sea importante.
- ¿Hosla? Uhhh digu, ula
- ¿Christian? Christian necesito hablar contigo -suena desesperado. Miro la hora, las nueve y media. ¿Qué pasó? ¿Por qué está tan agitado?
- ¿Cue.. Qué. . pasó?
- Se murió. Christian se acaba de morir.
Y sin más mi móvil cae de mis manos. Yo aquí, llorando como idiota por una mujer de mierda cuando mi hermana se acaba de morir. ¿Por qué?
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Maldito Jefe ©
Любовные романыOtra vez aquí, esta vez con una autora un poco más madura