2 meses después.
Christian se había ido de su casa y no había vuelto a las oficinas de la empresa. Bastian, mientras tanto, iba de vez en cuando pero no con la misma frecuencia que lo hacía siempre. Y yo...
Yo descubrí un embarazo hace dos semanas. Como dije, definitivamente debí perder la virginidad luego de casada, ahora estoy sola y con un bebé que pese a todo no quiero abortar.
Bueno, qué más da, ¿no?
He estado pensando seriamente mudarme de ciudad pero no puedo, así que simplemente estoy aquí, en una oficina donde aún tengo un trabajo, esperando que el hombre que me dejó después de yo haberlo dejado.
Pese a todo, no lo culpo.
Es decir, ¡amiga lo dejé plantado! Y luego recibió la noticia de que su hermana murió.
Creo que no fue un buen escenario para hacer un drama como los que hago.
He decidido que se lo contaré en cuanto lo vea pero es que no sé si volverá, y decírselo a Bastian no esta para nada entre mis planes la verdad.
Decido ir a comprar otras chucherias para seguir comiendo mientras leo un libro en el trabajo... porque no hay trabajo.
Me levanto, cojo la cartera con dinero y me dispongo a irme y es cuando lo veo. Está serio y me mira aún más serio.
—Ho-hola —digo algo nerviosa.
— Pensé que ya no estarías aquí a estas alturas del juego —me dice en tono de burla.
— Lastimosamente, aquí trabajo. ¿O es que piensas despedirme? —levantó una ceja con petulancia.
— De hecho... —responde con una sonrisa fingida que me da ganas de darle una cachetada.
— Oh, tranquilo, ya tengo mis cosas en mano, me puedo ir sola desde ya —le respondo con ganas d e llorar pero haciéndome la fuerte. Trato de caminar hacia el ascensor pero se me pone en el medio.
Me agarra fuerte por la cadera y me besa. Soy débil así que le correspondo. Lo extrañé mucho. Lo amo.
— No debiste dejarme así ese día.
— Ya lo sé, imbécil. Te extrañé, demasiado estas semanas.
— Yo también te extrañé, cariño —vuelve a besarme.
Quita la cartera de mis manos y ya no me importan las cosas que pude comprar. Nos dirigimos a su oficina y cierra la puerta.
Mi tshirt se va volando, y rápidamente ambos estamos desnudos, yo estoy encima de él haciendo movimientos circulates y la forma en que me mira me excita y me llena.
Toca mis pechos, los chupa, los lame, los muerde. Minutos después estoy a punto de venirme y cuando finalmente lo hago, quedo exhausta.
Al terminar, aún encima de él, lo miro a los ojos azules. Es tan precioso. ¿Tendrá nuestro bebe sus ojos o los míos?
—Estoy embarazada —digo abruptamente y sin pensar.
Mis ojos se ponen como platos y los de él también. Me toma por la caderas desnudas fuertemente.
— ¿Qué estás diciendo?
Guardo silencio unos segundos antes de volver a decir la noticia.
— Que estoy embarazada.
— Eso es mentira. —su mandíbula se tensa mientras me sigue apretando las caderas.
— Escucha, no quiero explicarte cómo se hace un bebé porque obviamente ya sabes cómo es y obviamente sabes que era probable que tengamos uno. Me enteré hace una semana así que sí, estoy embarazada.
Sus ojos se empiezan a aguar mientras sus cejas se unen.
— ¿Estás segura de lo que me estás diciendo? ¿No es esto un estúpido juego de los tuyos? ¿Realmente tendremos un bebé?
— Tendremos un bebé, mi amor —lloró mientras lo abrazó por el cuello, aún desnuda.