Cap. 57

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¿Necesitamos hablar? ¿Me ve cara de estúpida o algo así, es que es... Es... ¡Agh! ¿Cómo se atreven? Ah, no, y menudo día el que me ha tocado.

He ignorado ambos mensajes y he hecho como si ninguno existiera. Bueno, no tanto porque obviamente uno es mi jefe pero... Agh, yo me entiendo ¿saben?

La realidad es que no me está gustando para nada todo esto. Quiero salir de esto y no tengo idea de cómo.

Un triángulo amoroso no es algo que yo haya querido tener cuando pequeña. Se supone que cuando pequeña tú sólo ves al malo y al bueno. El príncipe azul y el brujo malo negro.

Porque en este caso es brujo, ni que sea bisexual. Aunque no me sorprendería eso con todo lo que me está pasando.

Pero luego me doy cuenta que me gustan mucho los hombres y que no me gustan para nada las mujeres.

Le dejaré eso a Anthony a ver si él si lo es. Quizá. Con todas las locuras con las que sale.

Estoy sentada en mi escritorio esperando a que mi jefe se presente luego de la reunión que tendrá con los socios para que todos sepan que ya no tienen lazos con la empresa de Nicholas Smith.

Realmente no tengo ganas ni deseos de hablar con él. Y sí, definitivamente lo que he visto hace unos días me está haciendo pensar en que el "triángulo amoroso" se acabará muy pronto.

Aunque aún así no estoy lo suficientemente bien como para hablar con las chicas. Porque aunque me cueste, esto no me está gustando. Se suponía que yo debía salir con algún hombre de esos. Aunque no hubiese sido seguro.

Es decir, no es que tenga baja autoestima, pero ¡Vamos! Que ellos tienen más dinero del que podríamos contar hasta con una calculadora normal porque sobrepasa y ellos creen que to estaré así con ellos.

Seguro lo que buscan es algo como... Mi virginidad. Lo más seguro es que estén jugando conmigo.

Aunque no me quejaría...

¡Si fuera puta! Pero no lo soy y ese es el problema.

Todas las mujeres que estuviesen en mi lugar, hace años que hubiesen estado con ambos pero como ven, yo no. Así que... Soy extraña.

Termino con mis quehaceres del trabajo y espero a que me vuelvan a molestar.

He estado pensando, qué tal si me vuelvo a mudar de estado. No es que sea una mala idea ¿Saben? Quizá así sí consigo un poco de paz, aunque sea.

- Señorita, estoy buscando al Sr. Evans.

Levanto la vista y... Wow. Por qué los ricos siempre están tan buenos. No lo entiendo. Creo que el dinero te hace bello o algo así porque ¡Dios!

- Señorita, señorita ¿se encuentra bien?

- Oh, Ah, sí, lo lamento. Él está en una reunión. Puede esperarle allí sentado en lo que llega..

- Bien, gracias.

El hombre sacó de su bolsillo su móvil y comenzó a hablar en lo que supongo es italiano, ya que se parece al español pero no es. Además el portugués no es una opción ya que que es algo más extraño..

¡Oh, mi Dios! ¡Italiano!

Parezco chiquilla.

Se sienta luego de volver a guardar el móvil y me mira fijamente. Yo también le miró pero es un poco incómodo así que bajo la mirada algo intimidada. Me muerdo el labio. ¡Dios! ¡Qué vergüenza!

Levanto la cabeza y el hombre sigue allí, mirándome fijamente. ¡Oh, Dios!

¡Qué cosas por las que paso! ¡Pero si acabo de hablar con que no puedo bien ni con mi triángulo amoroso y llega otro de la nada para que yo muera! ¡Debe ser un juego!

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¡Qué cosas por las que paso! ¡Pero si acabo de hablar con que no puedo bien ni con mi triángulo amoroso y llega otro de la nada para que yo muera! ¡Debe ser un juego!

Trago saliva ruidosamente y me concentro en buscar un juego que me haga pasar el tiempo que no hago nada.

Su mirada me penetra y realmente estoy incómoda, nerviosa. ¡Que deje de mirarme!

Respiro hondo y comienzo a jugar a las cartas concentrándome en el monitor. Ignorando por completo el hecho de que un sexy italiano me esté mirando.

O, al menos, intentándolo.

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Ya es mi hora de salida y realmente estoy agotada. Solamente quiero irme de aquí para dormir en mi hermosa cama. Aunque obvio que quiero un café. Pero, nada puedo hacer ya que si lo hago, me espanta el sueño.

He decidido en las tres horas que me quedaban después del italiano que me voy del estado,otra vez. No soporto ya nada de esto. Quiero re-organizarme. Quiero vivir mi vida de otra manera y no hay mejor forma que mudándose.

¡Y me importa una mierda que los demás me digan cobarde! ¡Porque no me importa! Lo único que quiero es que mi vida deje de ser un desastre. Y punto.

Me levanto con mi bolso en mano y toco la puerta de mi jefe. Cuando escucho un "adelante" pongo mi mano en el pomo de la puerta y giro. Ahí está.

- Señor, es mi hora de salida. Ya me voy.

- Espere un momento, ¿recibió....?

- Sí, lo recibí. Sólo vengo a avisarle que me estoy yendo ya.

- Espera, ¿Podemos hablar?

- Señor, estoy estropeada, no creo que sea el momento - y nunca lo será, me dije en mi mente -.

Camino de vuelta un par de pasos y cuando estoy por cerrar la puerta, él me detiene, haciendo que yo trague saliva ruidosamente. ¿Ahora qué?

- Un minuto.

Se levantó y llegó hasta mí. Y en menos de lo que creía, estaba besándome.

¿¡Es en serio!? ¿¡No lo pudo dejar así como así, cierto!? Tuvo que besarme para confundirme más aún, si es que eso era posible.





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Quiero destacar que no tengo nada en contra de homosexuales, bisexuales u cualquier otro tipo de gusto sexual.
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Gracias por leer, comentar y siempre darle a la ⭐. Muchísimas gracias chicXs.

Besos psicológicos.

Maldito Jefe © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora