Esto da más vergüenza que el hecho de que hace unas horas estaba con ambos en el ascensor. Dios ¿Es que no me van a dejar vivir en paz y tranquilidad aunque sea por hoy?
Respiro hondo y abro la boca pero la vuelvo a cerrar. Maldición, Christian Evans deja de mirar el comienzo de mis ceños que hace que esté más nerviosa aún. Mierda.
- A...Amm... ¿Qué... Qué... Qué hacen aquí? -pregunto llamando la atención de ambos. Bueno, la de Christian que subió su mirada porque Bastian me miraba a mí desde que llegó -.
- Oh, fácil. -contestó Bastian -Es que quise venir a verte hasta aquí pero Christian aquí al lado, quiso venir. Supongo que piensa que yo le voy a quitar la mujer ¿Sabes?
- ¿Qué...? ¿De que...?
- Oh, vamos que tonto no soy. He visto cuando se han besado en el ascensor ¿Saben que hay cámaras y que aunque el ascensor no funcione éstas sí.
Abrí mía ojos como platos y miré horrorizada a Bastian. Sentía como también Christian le miraba con el ceño fruncido. Luego me miró y yo le miré. Aparté la mirada rápidamente.
- Como sea. Sólo quería decirles que me gusta la pareja que hacen pero que no me gusta ver cómo se comen la boca porque sinceramente es algo simplemente asqueroso ver cómo mi hermano le hace eso a alguien que... Es sólo asqueroso para mí.
- ¿Qué hacías viendo las cámaras de seguridad del ascensor si ese no es tu trabajo. Tu no te encargas de eso.
Ambos miramos a Bastian ahora pero éste trataba de ignorar lo que acababa de decir su hermano sobre las cámaras de seguridad. Estaba algo asustado y nervioso.
- Eso no te incumbe, Christian. Como sea, espero que no lo vuelvan a hacer. Al menos si lo hacen, si quieren hasta les busco un motel. Son baratos por allá. Ya saben, para que no se les pase la calentura en lo que hacen el corto viaje.
Mis mejillas no podían estar más sonrojadas. Sentía cómo se extendía hasta mi cuello.
¡Dios, esto es tan vergonzoso!
- Si lo que quiero es rentar una habitación, puedo hacerlo por mi cuenta propia. No necesito que lo hagas por mí.
- Bueno, no es lo que me pareció cuando estabas que no te aguantabas. En serio puedo hacerlo. No me molesta en lo absoluto.
- Deja de hablar de esa manera -le reprendió Christian.
Creo que lo mejor sería que dejaran hablar de esa manera de mí cuando estoy frente a ellos. Creo que se han olvidado por completo de que yo estaba frente a ellos. Carraspeo tratando de llamar la atención de ambos.
Ambos me miran y creo que lo mejor hubiese sido que les haya cerrado la puerta en las narices. Pero no creo que sea lo más adecuado para tu jefe y su hermano. Mi rostro ha de estar ardiendo.
Ambos me vuelven a verme y yo trago el nudo de mi garganta y aprieto los labios. Tengo si atención pero ya no puedo seguir así como así.
Los miro a ambos. Me doy cuenta que Christian mira más abajo de mi rostro y es el comienzo de mis senos, otra vez.
¡Dios!
Cuando se da cuenta que lo estaba mirando, voltea la mirada hasta el living de departamento.
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Maldito Jefe ©
Roman d'amourOtra vez aquí, esta vez con una autora un poco más madura