—Leia, hey, ¿en qué piensas?
—Ehm, nada relevante... —Oh no, no es recomendable dar a salir tus celos irracionales, cuando sabes que son irracionales.
—Los conozco bastante bien, soy un Dios y llevo años observándolos, ¿crees que me creeré eso?
—Pero... —Es que soy idiota, solo a mí se me ocurre subestimar a un Dios— mencioné que no es nada relevante.
—Seguramente solo para ti.
—Sí. Para mí no es relevante, así que para ti no lo es —me estoy poniendo nerviosa...
—Entonces dices, ¿que si para ti no es importante un tema humano, para un Dios tampoco lo es?
Su cara pretenciosa solo me ponía inquieta. Tendré en mente no hablar de temas sensibles para las mujeres, porque a un simple mortal puedes decirle "nada" y aunque ellos sepan que es algo, lo dejan. Pero un Dios, madre mía, Morfeo es muy decidido, y claro, con un conocimiento superior.
—Para un Dios solo debe ser importante su felicidad.
—¿Pero si algo lo aqueja?
—¡Entonces no le insistas si no quiere! —exclamé exhausta.
Parece que solo se divertía, porque rió como un niño. Una risa que me embelesaba de cuerpo entero ante semejante dulzura.
—Oh, Leia, el hecho de ser un Dios, no me quita humanidad. Así que te dejaré tranquila con tu tema irrelevante.
—Sabia decisión.
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Oniros
Short StorySegundo libro. Es recomendable leer el primero "Morfeo". Si los sueños se hacen realidad... ¿la realidad puede ser un sueño?