Oniros

Opción

—Padre, —se dirigió Morfeo nuevamente a él con determinación— por favor, será la única vez que suplique algo. Debe haber otra forma —pidió.

Su padre soltó un ligero resoplido, casi inaudible.

—Yo no decido sobre el cielo, y la tierra. Tendrás que ir directamente con Zeus.

Morfeo titubeó un segundo.

—Está bien, no hay otra forma —tomó mi mano con fuerza y dijo—: un gusto poder verlos, me retiro.

Se giró llevándome consigo, no supe qué más decir así que preferí irme en silencio. Fantaso nos veía casi arrepentido e Iquelo seguía sin cambiar su semblante serio, no tardaron mucho en despedirse igual y seguir detrás de nosotros. Justo en las escaleras Iquelo rompió el silencio.

—Hermanito, tu plan B es aún peor, Zeus apenas la vea podrá borrarla de la faz de la tierra y será una desgracia para ti.

Me asombré evidentemente.

—Fobétor —dijo con amargura— quiero que te calles, que no me dirijas la palabra, o en serio arruinaré tu asquerosa felicidad, en serio me verás metido en tu "trabajo", déjame en paz, respetemos nuestras vidas y no pasará nada. Solo te advierto mientras soy tolerante.

Me impresionó más su tono casi desbordado pero controlado de ira, me gustaba, pero a la vez no... Es algo nuevo.

—Tú amenazándome, sabes qué, muy bien, dejemos esto así —se rindió para irse finalmente primero.

—Oye lo siento, mi intención no fue causar todo esto... —Se disculpó Fantaso con expresión triste.

—Tranquilo hermano. Fuimos muy ingenuos... Hasta otra.

De nuevo se alejó casi arrastrándome, ya me estaba sintiendo algo exhausta.

—Leia —al fin me miró— debes estar cansada —se veía tan dolido...— deberías despertar, te veré dentro de un tiempo.

—¿Tiempo? —Inquirí extrañada. Pero no se permitió responder y desperté.