Fantaso

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Hice lo que me dijo Fantaso, en cuanto llegué a casa me acomodé y fui a mi cama para dormir, bien, aquí vamos, ¡Morfeo dónde estás!

Tardaste en volver ¿no crees? —Dijo Fantaso en cuanto me vio.

—No es fácil dormirse a la fuerza...

Ok como sea nos vamos, ahora, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

¿Por qué le tienes tanto cariño a mi buzón? En serio es raro.

Porque me ayudó a comunicarme con Morfeo, ¿y por qué es tuyo?

Porque lo es, ¿no sabías? Lo mío son los objetos, elementos inanimados de la naturaleza, etc.

—Ah vaya, no tenía idea.

—Se ve que hablan de la familia, pero no te preocupes ya sabrás de ellos. Bueno, ¿verdad que mi buzón es increíble? Morfeo me lo pidió para ayudarlo con las peticiones humanas, un buzón de los deseos, pero tú lo usaste mejor, tiene un gran poder, es genial, gracias a mí.

—Es, increíble sí. —Este chico es raro, predispone y solo habla, pero parece agradable, repito, tiene un aura fresca.

Si querías darle las gracias puedes agradecerme a mí, que es lo mismo.

—Hm, gracias...

—Bueno ya, ¿cómo es que Morfeo se enamoró tanto de ti? Hablas poco, te recomiendo que hables más cuando veas a mis padres.

Momento, ¿qué acaba de decir? ¡Paren todo!

—¿Perdona? —Pregunté casi angustiada.

Iremos a ver a mis padres, allí está Iquelo, frente a ellos y contigo no deberán pelear, ¿es perfecto no?

—¡Estás loco! —Me exalté, ¿tenía miedo o preocupación? ¡Sus padres! ¡No estoy lista!

No, para nada, tú estás histérica, ya vámonos. —Me tomó del brazo.

¡Morfeo has algo o moriré hoy mismo!

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