Sueño Eterno

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¿De qué hablas? —dijo, extrañado por mi pregunta repentina.
—Que me gustaría saber cómo alcanzar un sueño eterno —respondí tranquila.
Me miró algo angustiado y enseguida entendí sus pensamientos.
—¡No hablo de la muerte! —exclamé.
Ah, bueno, llegados a este punto podrías hacer que te atropellen y así caes en coma —dijo, no más.
—¿Qué? —La angustiada era yo ahora.
Sonrió, maldita sea sonrió.
Es broma, deja de pensar en esas cosas y sé feliz con saber que estaré para ti cada noche, sin importar qué, ni mis hermanos, ni mi familia, ni el mismísimo Zeus me alejarán de ti.
Sonreí ampliamente.
Eres increíblemente hermosa cuando sonríes.
—Calla.
¿Ya te avergoncé? —Preguntó pellizcando levemente mi mejilla.
—No es eso, haces vibrar mi alma.
Y tú mi corazón —sonrió de nuevo.
Algo en mí hizo erupción, salté de sus brazos, tan cálidos y seguros, llegando velozmente a sus labios, unos labios que me asesinaban de deseo. Los toqué con fuerza, cuando me hallé en ellos y retomé consciencia 5 segundos después, me calmé, tomándome por sorpresa el hecho de estar en sus labios, luego de notarlo me di cuenta de la impresión que él tenía, estaba estático. Dejé mi asombro de lado, tomé toda mi fuerza y espíritu en acoger su labio inferior entre los míos... Que alguien me despierte, ¡no mejor no! ¡Qué estoy diciendo! ¡Estoy en el cielo! ¡Estoy soñando! Leia... Tonta. En realidad lo estás haciendo. Bueno basta, lo tienes, de verdad lo tienes.

Me incliné un poco hacia él, abrazándolo por el cuello, tomando con más seguridad su labio... Que delicia, suave, perfecto, mágico... Sus labios son mi nueva obsesión, que maravilla. Estuve sosteniendo su labio como por 3 minutos o no sé, todo el tiempo se esfumó y perdí la noción, me digné a soltarlo y volver a apoderarme de su labio pero con mayor suavidad y lentitud. Pero que manjar, justo entonces se me escapó un ligero "hm" que al parecer lo hizo reaccionar, porque no tardó mucho en tomar mi nuca con su mano, con una intensidad que me hizo abrir la boca y soltarlo, él aprovechó la ocasión y enseguida tomó ni labio inferior, con ferocidad al principio, luego se desbordó de cariño, haciendo que cada centímetro de mí piel se derritiera.

Él se percató de mi ensimismamiento y se alejó lentamente... Yo no abrí los ojos.

Hey... —Me llamó con suavidad.
Abrí mis ojos con lentitud, me estaba mirando, pero, ¡que me estaba mirando! Una mirada única que nunca me había dado. Un brillo inconfundible, una intensidad que me atravesaba, todo en mí tembló, pero un temblor agradable...

—¿Q-Qué? —Dije en un hilo de voz.
Tus labios, quiero dormir en tus labios.
—Pero si tú no puedes dormir.
Exacto. En ellos podría, por tus labios todo lo haría.
Que alguien me diga que esto... Esto... Mi corazón no puede con tanto, Morfeo es mi perdición.

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