Hana

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Nunca había leído sobre ello, o tal vez como se describa en libros no es realmente cierto, pero cuando un humano pierde su humanidad, todo se vuelve oscuro e infinito, no se siente, no se piensa, no se vive... Simplemente se flota en una inmensidad por siglos... Hasta que se despierta, con una nueva existencia, con una nueva vida, como un ser que no es ni Dios, ni humano. Se despierta como un fantasma, que va tomando forma física para luego ocupar un lugar en el Olimpo como servidor o protector.

Seres sin ninguna capacidad o poder en especial, los Dioses los llamaban Hana.

Tenía un par de días de haber despertado, me di cuenta del tiempo que había pasado cuando miré hacia abajo, podía observar a los humanos, completamente diferentes, evolucionados y más eficaces.

Comencé a moverme, a sentir mi forma, la forma de una persona, podía sentir que era igual pero no como antes.

Luego de unas horas analizando mi estado, él regresó a mi mente, la razón de mi nueva existencia.

Corrí, corrí a buscarlo y sentir sus brazos nuevamente, ahora en su mundo, y no en sueños.

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