Eterno

61 4 1
                                    

¡Leia! ¿Dónde estuviste? —Se acercó Morfeo ansioso.

—Oh perdona estuve pensando, y además conversé con Afrodita —sonreí al acercarme a él.

Ella es una buena amiga, me apoyó en el juicio que Zeus impuso en ese tiempo...

—Morfeo —me miró esperando que dijera algo nuevamente— abrázame.

Lo hizo sin pensarlo demás, sus brazos acogedores rodearon mi cintura y yo subí los míos a sus hombros, nos quedamos allí, sin querer soltarlo para que no se alejara de mí.

Los abrazos de Morfeo son únicos, siento que acarician mi alma, que callan mis inquietudes, que me regalan una tranquilidad tangible, que silencian todo sonido brusco y que toca mi corazón con todo el amor que existe en su cuerpo... Sus abrazos me completan como una una luna llena a la noche sin estrellas...

Lo amo tanto que lo seguiré haciendo en otra vida.

Oniros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora