Oniros

El Miedo De Morfeo

—¡Morfeo! —Saludé a mi amado con tanta energía, que lo abracé con fuerza.

—Oh, vaya, alguien me extrañó —se rió, que encantador sonido.

—Siempre lo hago —le sonreí, luego noté su semblante— ¿algo pasó? Luces un poco cansado.

—No, nada... —respondió dudoso.

—¿Seguro? —Insistí.

Él suspiró y se sentó conmigo en sus piernas.

—Solo, me preocupé por lo que pasó con los sueños y fui a hablar con mi hermano.

—¿Tu hermano? ¿Qué tiene que ver él?

—Es Fobétor, el portador de las pesadillas.

—Vaya, ¿él causa esas cosas?

—Sí, él cree que me entrometo en su "trabajo" —se refirió a esa palabra con un tono diferente.

—Así que no te llevas bien con él...

—No, siempre ha sido muy directo e insensible, darle pesadillas a la gente le da cierto gusto, y odio eso. Sobre todo desde... —Se detuvo de repente y bajó la mirada.

—¿Desde...?

—Desde que te las causó a ti cuando eras niña.

Oh madre mía, es cierto, que descuidada soy, no había pensado en eso...

—Creo que odia a los humanos, o algo parecido. Odia que esté contigo.

—¿No serán celos? Sería algo normal...

—No lo sé, solo quiero que no te cause daño. —Dijo tan preocupado que quise besarlo allí mismo.

—Tranquilo, ¿estás conmigo no?

—Siempre.