-¿Qué haces?
-Hacer fotocopias de unos apuntes.
-Oh... ¿Qué ahora te interesa tener apuntes?
-Ja, Ja. Eres muy graciosa, Diana.- Daniela la miró con los ojos iracundos, pero enseguida se volvió a centrarse en la enorme máquina de uso público tanto para alumnos como para claustro.- Está cosa no funciona.- La muchacha, impaciente, le pegó un porrazo con la palma al motor de la fotocopiadora.
-A ver, deja.- Diana echó a un lado a su amiga y comenzó a tocar botones a toda velocidad hasta que la máquina hizo un extraño ruido.- Le faltan hojas.- Diana arrancó varias hojas en blanco de su libreta de historia y las colocó a la máquina para después volver a hacer todo el proceso de tecleo de botones.- Ya está. Dale un par de minutos.
-Gracias.- Las chicas se quedaron en silencio observando como la máquina hacía su trabajo con algún sonido atascante de vez en cuando.
-¿Has hablado con Félix?- Inquirió Diana con cautela.
-Sí.
-¿Y cómo está?
-Pues como ayer, Diana.- El tono que utilizó Daniela le dio entender a la chica de cabellos rojizos que a su amiga le molestaba hablar del tema.- Ni peor, ni mejor.
-Pensé que eso tenía sus días de subida y de bajada.
-Eso no es como un resfriado.- Espetó Daniela.- Todos los días son igual de mierda.- Las fotocopias terminaron de hacerse y Diana se adelantó a la rubia de Las Diosas al Cubo y las cogió para inspeccionarlas.
-¿Economía? Tú no haces esta asignatura.- La chica se quedó callado durante unos segundos, reflexionando sus palabras.- Son para Félix, ¿verdad?- Daniela se las arrebató de la mano y las guardó dentro de su carpeta negra.- Seguro que te lo agradecerá. Sí no cuando vuelva del hospital andará muy perdido sin ellos.
-Mañana se reincorpora a las clases.- Dijo la chica con desaprobación.
-Me parece bien.- Las palabras de su amiga hicieron que Daniela abriese los ojos al máximo y que rápidamente los volviera a entrecerrar.- ¿Qué? ¿Dónde ves el problema en que Félix vuelva al instituto? Así estaréis juntos y eso lo ayudará.
-Diana, estar juntos no lo va a curar. Ayer se enteró que tenía cáncer y lo primero que hizo antes de preguntar cuando empezaría el tratamiento era que cuando le iban a dar el alta ¿lo ves algo normal?
-Sí.- Diana se encogió de hombros, con una enorme naturalidad, dejando a Daniela todavía más perpleja.
-Y pensada que la incoherente era yo. Estáis todos como una puta cabra.- La chica comenzó a caminar por el pasillo para dirigirse a las escaleras que la llevarían a su cuarto.
-¡Daniela espera!- Diana, con sus diminutos pasos, a toda velocidad la alcanzó y anduvo a su lado.- ¿Dónde esta el problema?
-¿El problema?- Daniela cuando terminó de subir el último escalón se detuvo en seco para discutir con su amiga, estaba claro que las personas no pueden discutir cuando caminan.- Es que Félix no quiere entender que esta enfermo. Le importa una mierda la quimioterapia y a que nivel este avanzado su cáncer. No quiere comer, no deja que las enfermeras le administren los medicamentos para que pueda dormir con facilidad por la noche, lo único que le interesa en salir a las pistas del exterior para poder jugar a fútbol con más pacientes del hospital...
-¿Y dónde esta ese problema tan grave, Daniela? Dime ¿Qué tiene de malo que Félix tenga cáncer?- La chica se quedó callada. Ni siquiera se había planteado cuál podría ser el futuro tan inestable de ese chico que la sacaba de quicio constantemente.- Mira, Félix esta enfermo. Él eso ya lo sabe, pero eso no le impide hacer cosas que un chaval de su edad tiene derecho a hacer.
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