Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICO

Empecemos de cero.

Antes de empezar a leer, quiero desearle un muy Feliz Cumpleaños a kare270101. Espero lo pases muy bien leeenda y todos tus deseos se cumplan (づ￣ ³￣)づ.

ASTRID

Repaso una vez más las fotografías que tomé en Patricia's. Todas me parecen algo bizarras, pero felizmente para mí, logran captar lo que quería de una forma poco común. Odio tener que admitirlo —una vez más— pero McFly tenía razón. Captar la felicidad en una simple sonrisa es demasiado visto y obvio; aún así, temo que irme por el lado más rebuscado pueda descontarme puntos. Hay que tener un poco de cabeza para encontrar la felicidad en las fotografías.

Entre las fotografías hay una que logra captar mi atención. No recuerdo haberla tomado, por lo que supongo que fue un simple desliz o error de dedo; es un barrido fotográfico donde Mika es el primer plano de la fotografía y todo lo demás luce borroso. Su expresión confusa viendo directamente hacia la cámara me hace pensar que creía que lo estaba fotografiando a él. Lo curioso es que esta fotografía sería perfecta si mi concepto hubiese sido confusión.

—¿Qué haces, Astrid?

Cierro la ventana con la fotografía de Mika y giro la silla con el fin de alejarme un poco del escritorio y ver a mamá en la puerta de mi habitación. ¿Por qué contemplar la foto de McFly parece un delito?

—N-nada, sólo elegía una fotografía para el concurso.

Mamá avanza hasta mi computador sabiendo perfectamente que hay algo que oculto. Se inclina apoyando una mano sobre el escritorio y agarra el mouse. Abre una fotografía aleatoria donde el hijo de la señora Patricia es el foco principal.

—No preguntaré los motivos que tienes para fotografías al hijo de Patricia, pero es la fotografía más extraña que he visto, hija —niega con la cabeza y me sonríe—. Tampoco preguntaré por qué veías la fotografía de aquel chico.

Vuelve a enderezar la espalda y me guiña un ojo.

¿Con "aquel chico" se refiere a McFly?

—¿Qué pasó, mamá?

—Nada —suspira—. Bueno... —se sienta sobre mi cama. Busca un oso de peluche que solía ser de Patrick cuando niño y lo agarra entre sus brazos—, Patrick regresa este sábado. Dijo que está algo triste porque no le respondes las llamadas ni los mensajes.

Es un descarado. Se atreve a victimizarse frente a nuestros padres pero no a explicar los motivos del porqué no quiero saber nada de él. Ahora resulta que la culpable de sus delirios soy yo por no querer responderle las llamadas. Qué Gracioso. Él es consciente de que no me atrevería ni hoy ni nunca a decirles lo que su querido primogénito hacía antes de entrar a Jackson. Tal vez, si tuviera un poco de valor y no sufriera con la carga de hacer sentir mal a mis padres, ya lo abría contado todo y les hubiese enseñado el DVD (que por cierto aún no me atrevo a ver). No obstante, creo que lo mejor es que todo salga de su afilada boca y confiese todo, así como lo hizo conmigo.

—Ya va a salir de vacaciones y podré verlo... que no llore tanto por ignorarlo unos días —digo con desdén apoyando mi encorvada espalda en la silla.

Mamá me mira fijamente a los ojos, como si incursionara dentro de mi cabeza buscando alguna razón para hablar así de mi único hermano. Intento no apartar la vista, de otra forma me vería sospechosa y comprobaría enseguida sus dudas, pero lo hago.

—¿Pasó algo entre ustedes dos? —curiosea— ¿Algo que no me has dicho, Astrid?

—No pasó nada, mamá.

—¿Estás segura?

—¡Estoy segura! —exclamo agitando los brazos. Caigo en cuanta que me he puesto a la defensiva y le he alzado la voz cuando eso era lo que menos quería; seguramente, ahora no me dejará en paz hasta que le cuente todo— Sólo... sólo estoy cansada.