Lazo.

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#ObedeciendoTusReglas

#Shoro

ASTRID

Miro la bebida dentro de la botella que sostengo entre mis sudadas manos. El temblor de mis éstas es insostenible y casi ridículo, por lo que debo apoyarlas en mi regazo para que la botella no caiga al suelo. Aunque mis piernas poco ayudan a sostenerla dado al constante e inquietante movimiento que hago. Es inevitable no mover las piernas, como trastornado cuando se está nervioso. Pues, creo que está demás decir que lo estoy con aquella simple descripción. Cualquier ser humano o animal se daría cuenta que mi expresión y gesto lo deja en evidencia. Ciertamente una espera jamás me había sido tan espantosa, no quiero ni pensar cómo me pondré cuando tenga mi primer día de clases en Los Ángeles.

"Una vida nueva" dijo James cuando le pedí el favor de entregarle la copia del CD que Mika me pasó aquella vez. Ahora, tras dos días de que mis padres supiesen qué clase de cosas hacía Patrick, James debe estarle entregarlo la otra copia del CD a los padres de Mathew.

Una nueva vida empezando de cero es lo mejor ahora que me marcharé a una nueva ciudad, lo primero era disipar un poco aquella carga sobre mis hombros. Ese bichito molesto que me susurraba al oído y me martirizaba culpándome por no tener las agallas de abrir la boca y contar la verdad de Patrick. Quizás peque de metiche y debí dejarle a Patrick que le contara a nuestros padres; sin embargo, en vista que no tuvo las agallas antes, tuve que hacerlo yo. Ya no hay más mentiras ocultas, supongo. Admitiré que es un gesto cobarde el quedar como una santa paloma ante Patrick fingiendo que yo fui yo quien les enseñó el CD, sino que envié a alguien desconocido ante los ojos de mis padres para no levantar sospechas.

Lo planeé la noche de Año Nuevo, de camino a casa y lo perfeccioné al día siguiente. Creé dos copias del CD y con una meticulosidad casi sobrenatural —supongo que tomar fotografías puede influir en ello— copié lo escrito fuera del CD. Le dije a James, luego de ofrecer a voluntad propia su magullado rostro ante mis padres y los de Mathew, que enviara el CD diciéndole a mis padres que era de parte de Mathew y a los padres de Mathew que es de parte de mi hermano.

Algo turbio, lo sé, pero dentro de la telaraña que tengo en mi cabeza no pude planear algo más. Ya poco queda de las vacaciones; Patrick volverá al colegio y yo me marcharé a uno nuevo.

—No sé quién de los dos se ve peor, Cuatro Ojos.

Levanto la cabeza, dejando de lado todo nerviosismo al ver a James. A juzgar por su sonrisa triunfante, ha entregado el CD satisfactoriamente.

—¿Y? ¿Qué pasó? —pregunto, siguiendo cómo se sienta junto a mí.

Se encoge de hombros, reposando su espalda en el respaldo de la banca.

—Estuve golpeando como un loco casi media hora. Me abrió una mujer de traje, bien arreglada. Hombre, con su expresión confusa casi me sentí agente del FBI —dice entre risas. Niego con la cabeza mientras observo los hematomas que aún se notan en su rostro—. Le dije que tenía algo para ellos donde su hijo estaba involucrado. Su reacción cambió como no te lo imaginas.

—¿Crees que resulte? —cuestiono, casi con un hilo de voz.

—Bueno, yo le dije a tus padres que me llamaba Mathew —interrumpe, encogiéndose de hombros.

Le doy otro vistazo a su rostro magullado e inevitablemente siento compasión hacia su persona. Después de haber sido golpeado por quién sabe qué y decirle a su padre lo del auto, seguro que es un milagro verlo vivo.

—Gracias, James.

—No me agradezcas, es lo menos que puedo hacer por ti y... —hace una mueca, frunciendo sus labios— ese trastornado de McFly.

Obedeciendo tus Reglas TR#2 ✔️ | DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora